La alarma (Historias para no dormir) (TV) (1966)

La inmortalidad natural o sobrevenida ya ha sido tratada en el cine por filmes como Los Inmortales o Man from the earth. Un ser inmortal, ¿puede pasar desapercibido para no ser visto como un monstruo por el resto de la humanidad? ¿debe esconderse? Bajo esta premisa, Ibáñez Serrador desarrolla una historia, quizás demasiado larga, sobre un físico que detecta presencia radiactiva indeterminada y su afán en descubrir su origen. A modo de flashback y a ratos de mockumentary, con los reporteros de TVE de la época (otro ejemplo de pionero del gran Chicho), nos ofrece una inquietante y espantosa resolución que solo conoceremos los espectadores. Audaz e ingenioso, como siempre.

114/10(08/04/21) Fallido decimoquinto y décimo sexto capítulo (entrega partida en dos) de la serie antológica (claramente en la estela de “Alfred Hitchcock presenta”) de culto creada por Narciso Ibáñez Serrador para Televisión Española, mezclando elementos arbitrariamente de modo caótico, teniendo que suspender en mucho la ccredibilidad al juntar un sinfín de casualidades para hacer avanzar su historia. Dirigido como siempre por ‘Chicho’, y guionizado por el mismo bajo el seudónimo habitual de Luis Peñafiel.

Tiene un inicio intrigante y atractivo, creando un hábil clima de zozobra en la sociedad que espera la llegada de extraterrestres sin saber si viene en son de Paz o buscando Guerra, ello con insertos de noticiarios con testimonios de gente por la calle. Pero entonces entra en acción el siempre efectivo Narciso Ibáñez Menta, en este caso en un papel anodino de científico físico, que tiene que medir la radiación del mar en el puerto por un escape en una central cercana, esto se mezcla con la entrada en acción de una mujer encarnada por (una plana) María Massip, que resulta que al pasar al lado del físico salta la máquina de radiactividad, provocando algo más que curiosidad en el científico.

Pujes bien todo esto evoluciona de modio denso y estirándose más que el video de la boda de unos amigos, reiterándose, estancándose, pudiendo contarse todo en un capítulo, parece que por imperativo del relleno se alarga hasta provocar el tedio, con un desenlace bastante pobre, con situaciones que se atropellan unas a otras en su sin sentido (spoiler).

Con decir que lo mejor es el juego de meta-televisión de ‘Chicho’, con su siempre divertida introducción lanzando un ladrillo a un escaparate para que salte la alarma, en medio del capítulo primero vemos que hay un barullo frente al escaparte con la policía de por medio, no tiene injerencia en la trama, pero el pícaro director lo introduce. Además está el modo en que se cierre el primer episodio, con ‘Chicho’ en un cabaret haciendo un ingenioso chiste sobre cómo debe esperar una semana al segundo y cierre de entrega.