arrow

Ciertos pequeñísimos pecados (Cuentos atrevidos para algunas ocasiones) (1976)

Ciertos pequeñísimos pecados (Cuentos atrevidos para algunas ocasiones)
95 min.
5,7
87
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Escena (ITALIANO)
Sinopsis
Comedia dividida en tres episodios independientes:
En el "Superman italiano", Giobatta (Paolo Villaggio), un emigrante italiano en Holanda, se dedica a la venta ambulante de castañas hasta que se le presenta la oportunidad de prosperar económicamente. Gracias al tamaño de sus atributos varoniles lo contratan para trabajar en espectáculos pornográficos, pero ha de ocultárselo a su mujer.

En "El caballito sueco", Antonio (Nino Manfredi), un cuarentón que se queda solo durante el fin de semana, recibe a regañadientes la visita de la hija de unos viejos amigos, que está de vacaciones con su novio. Mientras que la joven decide pasar la noche en casa de Antonio, su novio ha preferido marcharse.

En "El ascensor", una joven (Stefania Sandrelli), en pleno "Ferragosto", se queda encerrada en el ascensor de un edificio desierto con un maduro monseñor (Alberto Sordi). (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Película de episodios
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Quelle strane occasioni
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
10
A reir
¡Cuanta moralina oculta se percibe en ciertas criticas!
No paré de reirme en algunas escenas de Sordi en el ascensor.
Y ¿cuanto vale la expresión del rostro de Manfredi cuanto conoce su cornamenta retroactiva?
¡Maestros inigualables!
Pasen un placentero rato amigos y a olvidarse de los mala onda.
[Leer más +]
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Toneladas de caspa
En esta película, que nada tiene que envidiar a las de Pajares y Esteso, nuestros amigos italianos nos convencen de que los españoles no somos los únicos casposos. Ya con leer las sinopsis de las tres historias uno se hace buena cuenta de las toneladas de caspa que le van a llover en este destape italiano.

Aún así, uno no puede dejar de deleitarse con escenas metafísicas como la hija del amigo que duerme desnudita y que, como tiene miedo de la tormenta, se refugia en brazos del hombre maduro (segunda historia). O el curita que mira pícaramente a la niña traviesa pero inocente con quien se ha quedado encerrado en el ascensor. Pura poesía petrarquista.

A ver solo como documento antropológico en sesiones de vergüenza humana acompañadas de látigos para fustigarse y palas para ir quitando la caspa acumulada.
[Leer más +]
0 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Ciertos pequeñísimos pecados (Cuentos atrevidos para algunas ocasiones)
Fichas más visitadas