Trailer (ESPAÑOL)
Ver 2 más- Sinopsis
- La señora Fourneur es la directora de una residencia para señoritas. Sus estrictos métodos no son del agrado de las alumnas; de hecho, tres se han fugado recientemente, sin que se haya vuelto a saber de ellas. Cuando Teresa llega al internado, pronto se entera de cuáles son las normas y del control que sobre las chicas ejerce Irene, una despiadada jovencita que se ha convertido en la predilecta de la directora. En el edificio también vive Luis, el hijo de la directora, quien se ve en secreto con una de las chicas, huyendo de la sobreprotección de su madre. Además, Luis suele espiar a las alumnas, pese a las reprimendas de su madre.
- Género
- Terror Intriga Siglo XIX Internados Asesinos en serie
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1969 / España
- Título original:
- La residencia
- Duración
- 98 min.
- Guion
- Música
"Original historia (...) hoy día parece algo trasnochada. Pese a todo, encierra elementos de mucho interés."
Fernando Morales
[Diario El País]
Más que sustos (6.8)
17 de abril de 2006
Acabo de leer por ahí algunas cosas con las que estoy de acuerdo. La vieja residencia tiene un gustillo a Allan Poe; el argumento recuerda al de "El seductor", de Thomas Cullinan (esta película es anterior a la que dirigió Siegel); el trabajo de los actores no está mal, destacando sobre todos Lilli Palmer, como la directora, y Mary Maude, como la delegada. También hay claras referencias a "Psicosis" y a "Frankenstein".
Creo que el pulso es bastante bueno, sobre todo en la parte final, donde la música de Waldo cobra importancia y se juega con una intriga en la que se barajan tres posibles asesinos. Hay quien dice que es previsible, pero por esa regla de tres también lo son las obras de Ágatha Christie: alguno de los sospechosos tendrá que ser el culpable, ¿no?
Curiosamente me habían hablado mal de ella, pero me gustó. Me habían dicho que eran muy molestas las cámaras lentas/rápidas y algunas jugadas técnicas anticuadas; pero no hay tantas, y las que hay contribuyen a mantener ese toque gamberro bastante simpático que en todo momento flota por el ambiente.
Par mi gusto hay tres momentos para el recuerdo imperecedero: cuando el chico se queda encerrado durante sus prácticas "voyeuristas", el beso incestuoso y el perverso final (aunque no es nada nuevo, tiene un súbito cambio de plano que me hizo dar un bote).
Creo que el pulso es bastante bueno, sobre todo en la parte final, donde la música de Waldo cobra importancia y se juega con una intriga en la que se barajan tres posibles asesinos. Hay quien dice que es previsible, pero por esa regla de tres también lo son las obras de Ágatha Christie: alguno de los sospechosos tendrá que ser el culpable, ¿no?
Curiosamente me habían hablado mal de ella, pero me gustó. Me habían dicho que eran muy molestas las cámaras lentas/rápidas y algunas jugadas técnicas anticuadas; pero no hay tantas, y las que hay contribuyen a mantener ese toque gamberro bastante simpático que en todo momento flota por el ambiente.
Par mi gusto hay tres momentos para el recuerdo imperecedero: cuando el chico se queda encerrado durante sus prácticas "voyeuristas", el beso incestuoso y el perverso final (aunque no es nada nuevo, tiene un súbito cambio de plano que me hizo dar un bote).
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61 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oh, Chicho...
1 de marzo de 2009
Fantástica.
Al nivel, diría que incluso por encima, de Quién Puede Matar A Un Niño, aunque intuyo que con menos beneplácito popular.
Que esta película no sea excesivamente aclamada y una cosita tan tópica y liliputiense como El Orfanato cause furor será uno de los chistes de cabecera que recitaré a mis nietos, si considero sensato procrear.
Ajena a los efectismos, las estridencias y los nauseabundos y complacientes sustitos que arruinan la mayoría de los despropósitos que se filman en este género, Narciso Ibáñez Serrador se las ingenia para mantener la tensión con una notable economía de recursos y una inaudita austeridad en el guión.
Ecos a Hitchcock y a Poe, claro. Y final absolutamente mayúsculo.
Oh, Chicho.
Oh.
Al nivel, diría que incluso por encima, de Quién Puede Matar A Un Niño, aunque intuyo que con menos beneplácito popular.
Que esta película no sea excesivamente aclamada y una cosita tan tópica y liliputiense como El Orfanato cause furor será uno de los chistes de cabecera que recitaré a mis nietos, si considero sensato procrear.
Ajena a los efectismos, las estridencias y los nauseabundos y complacientes sustitos que arruinan la mayoría de los despropósitos que se filman en este género, Narciso Ibáñez Serrador se las ingenia para mantener la tensión con una notable economía de recursos y una inaudita austeridad en el guión.
Ecos a Hitchcock y a Poe, claro. Y final absolutamente mayúsculo.
Oh, Chicho.
Oh.
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54 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
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