Nido de víboras (2020)

Seis historias entrecruzadas no contadas cronológicamente es la base de este guion, del también debutante director coreano Kim Yonghoon, girando en torno a una bolsa de Louis Vuitton repleta de dinero en efectivo.

Adapta la novela japonesa de 2011 de Keisuke Sone "Bestias arañando pajitas", un argumento retorcido con mucho humor negro, en la que ignorantes y villanos se entremezclan para conseguir el ansiado botín. 

Cuando un trabajador de sauna Jung-Man, encuentra una bolsa llena de dinero, lo ve como una salida para él y su esposa. Desafortunadamente, esa bolsa está siendo buscada no solo por su dueño, un oficial de aduanas del puerto local,  sino por el hombre con el que está en deuda. También en la trama encontramos a Yeon-Hee metido en problemas porque su mujer ha huido con el dinero prestado a unos gánsteres. Por otro lado la propietaria de un burdel de Tae-Young y una masajista sexy Mi Ran, que junto con un cliente chino ignorante, enamorado de ella, están planeando deshacerse de su marido maltratador...

Ganadora del premio especial del jurado en el Festival de Cine de Rotterdam 2020 la película sabe mantener muy bien el suspense y ritmo, componiendo bien el puzzle de esta historia enrevesada en la que todo vale.

Entre los actores conocidos tenemos a Jung Woo-Sung (Steel Rain, A moment to remember), Jeon Do-Jeon (La criada, Secret Sunshine) asi como Sung Woo-Bae.

Puede llegar a recordarnos al cine de Tarantino y sobre todo a su "Pulp fiction" que puede servir como homenaje divertido, pero en esencia es un film coreano sabe mantener muy bien los giros que se suceden en esta interesante trama.
Destino Arrakis.com

El espíritu de Tarantino y los Coen está, sin duda, en esta ópera prima de Kim Yong-hoon. Pero no es suficiente con admirar a los mejores hacedores de thrillers violentos y exagerados, capaces de llegar hasta el retorcimiento intestinal que acaba provocando hilaridad. Primero hay que urdir un guion que resulte creíble, aunque sea el resultado de múltiples carambolas; después es obligado conseguir un ritmo frenético en el que los sucesos encajen milagrosamente, haciendo equilibrios sobre una pestaña; y por último, rodearte de intérpretes capaces de transmitir un universo de sensaciones variopintas con total naturalidad.
Doy fe de que este coreano principiante, y su equipo, han hecho muy bien su trabajo y se han quedado muy cerca del resultado de los grandes maestros.

¿Qué podría salir mal, cuando la codicia hace su erótica aparición en medio de un grupo, tan dispar como necesitado, de ciudadanos del montón que depositan todas sus expectativas en los fajos de billetes que velan sus horas en una bolsa de deporte distraída y viajera?
Y allá que van: un humilde y explotado trabajador de una sauna, unos prestamistas profesionales (o sea, sin escrúpulos), un listillo poco currante y su ambiciosa novieta, una joven maltratada y su chapucero amante... Todos bailando al son que el caprichoso y cruel destino, aunque con algunas concesiones, tiene marcado para cada uno de ellos.