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Pancho Villa y la Valentina (1958)

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Cuando una mujer sabe lo que quiere
Pancho Villa se casó ¡27 veces!... y se dice, 27, en vista de que dos veces se casó con, María de la Luz Corral, porque se le había olvidado que ya se había casado con ella. ¿Cuántos hijos tuvo? Él admitió 26, pero, se dice que adoptó a cerca de 300 niños en un mismo día, cuando caminando por el Eje Central Lázaro Cárdenas, se percató de la gran cantidad de pequeños que deambulaban con frío, enfermos y hambrientos por las calles. Con lágrimas en los ojos -el llamado Centauro del Norte era bastante emotivo- y acordándose de los tiempos en que él mismo pasó hambre y penurias, mandó a recoger a los chiquillos y se los llevó a Chihuahua, donde los adoptó para que fueran cuidados y tratados con dignidad.

Las mujeres fueron, pues, muy importantes en su vida; y en ésta segunda parte de las anécdotas de Pancho Villa, que el director, Ismael Rodríguez, ha titulado, <<PANCHO VILLA Y LA VALENTINA>>, éstas volverán a tener su lugar, en especial, Valentina Ramírez Avitia, ‘La Leona de Norotal’, una revolucionaria de la que poco se hablaba, hasta ahora que comienza a reconocerse, más ampliamente, el rol de las mujeres en la historia.

Durante la Revolución Mexicana, algunas mujeres optaron por vestirse como hombres, cortarse u ocultar sus cabellos entre el sombrero, afectar la voz, montar a galope a caballo… y hasta aprender a pelear con los puños y manejar las armas. Valentina y, Rosa Padilla Camacho, son talvéz las más recordadas, pero, será la primera la que, en este filme, tendrá un rol coprotagónico, luciendo, quizás, demasiado bella y fascinante al ser interpretada por uno de los tres rostros perfectos del cine mexicano: Elsa Aguirre. Los otros dos, para mi gusto, son los de Elvira Quintana y Alma Delia Fuentes.

Como en el filme anterior, se inicia con la voz en off de Pancho Villa (interpretado de nuevo y de manera muy satisfactoria por Pedro Armendáriz) y, en otros 7 segmentos, conoceremos anécdotas simpáticas y también inolvidables del célebre héroe revolucionario. El guion -escrito de nuevo por el mismo equipo de, “Así era Pancho Villa” (I.Rodríguez, R.A. Pérez, J.L. Celis…)- goza de muy buena narrativa, efectivos apuntes de humor y situaciones dramáticas que dan altura a la historia.

Entre los que sobresalen: ‘El Perro Chato’, donde el muy duro, capitán Fierro, pretende poner en la hoguera a un joven por haberle puesto de nombre a su perro: Pancho Villa. ‘El Guajolote’, mostrará lo implacable que, en su momento, podía ser el líder revolucionario y, ‘Que siga el baile’, dará cuenta de lo recursivo que podía ser el general.

En, ‘Por mis pistolas’, Pedro Armendáriz, compartirá escena con Domingo Soler, veterano actor que ya había representado a Villa en, “¡Vámonos con Pancho Villa!”, y aquí veremos al futuro líder cuando todavía era un bandido, y al ser nombrado Capitán se convierte en revolucionario… y quizás aprenda a obedecer, aunque no esté de acuerdo.

Y siguiendo a, ‘El Generalito’, historia con un bebé que rememora el rol de Armendáriz en el filme de John Ford, “3 Godfathers”, la película se cierra con, ‘La Valentina’, una encantadora y trágica aventura amorosa, donde entrarán en escena situaciones que recuerdan al Shakespeare de, “La Fierecilla Domada”.

Al final, queda uno con ese gusto a cine divertido, aleccionador… y con aroma a muy dura, pero, contra todo grata historia.
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