Animalada (2001)

Animalada es una propuesta audaz que necesita un público libre de perjuicios.
Pero audacia no siempre trae aparejada calidad, como sucede en esta película.
Alberto, prospero hombre de negocios, se instala un tiempo en una estancia junto a su mujer, para tener paz y tranquilidad.
Desgastada la pareja, cansado de la rutina, este hombre encuentra una luz de esperanza en el amor a una oveja.
En medio de tanta hipocresía, un episodio así, es rechazado por la sociedad, insoportable de ser visto o simplemente pensar en eso.
Alberto encuentra la felicidad en sus encuentros íntimos, secretos con el animal.
Alberto empieza a ver extraño y salvaje a su propia familia.
La primera parte goza de una lógica dentro de lo extraño del relato. Pero promediando la cinta las situaciones se vuelven bizarras, inverosímiles, insostenible desde el guion.
Lamentablemente la película se le va de la mano al director, cayendo en el ridículo no buscado.
Las actuaciones son muy desparejas. La mujer y los respectivos hijos, Cristina Banegas, Carolina Fal y Walter Quiroz están sobreactuadísimos, muy pasados. En cambio el protagonista, Carlos Roffe, lleva muy bien un papel muy difícil, manteniendo un equilibrio entro lo trágico y lo cómico. Para mi gusto, de lo mejor de la película.
Si bien es una película fallida, por su audacia en el tratamiento de un tema tabo, vale la pena darle una oportunidad.
Lo mejor: encarar un tema tabo, la actuación de Carlos Roffe.
Lo peor: que el director no pueda mantener el buen nivel de la primera parte.
La escena: Los encuentros entre Alberto y la oveja.