La cara oculta de la Luna (2003)

Robert Lepage interpreta a dos hermanos contrapuestos en los que el único nexo de unión es la madre recientemente fallecida: Philippe, el hermano mayor erudito que no tiene un rumbo claro en su vida y que sigue viendo en la casa de toda la vida, y André, un presentador exitoso del tiempo en televisión que convive con su novio Carl.

La historia se cuenta a través de Philippe, bien mediante sus recuerdos de niño y adolescente en los que están siempre presente su madre y su hermano, bien mediante su vida presente en la que no parece que las cosas le salgan bien.

La narración se vale de momentos oníricos, de flashback de situaciones familiares del pasado y de aspectos documentales como la carrera espacial de los años 60.

Se incide en el hecho de que el protagonista tiene muchas veces la cabeza en la luna, mientras que su vida terrenal resulta trabada y de lo más insípida: un día a día ramplón como vendedor telefónico, una tesis que no es aceptada, la tirantez en la relación con su hermano o la falta de empatía con la gente.

Es un bonito homenaje a la relación y a los recuerdos de un hijo con su madre y también alberga a la esperanza en la reconciliación y en la aparición de nuevas oportunidades.