Ojos robados (2005)

No es la típica historia de dos enamorados que chocan con la sociedad. No es el esquema mil veces machacado de hombre y mujer de ideas/color/enfermedad/sueños diferentes cuyo amor rompe todas las barreras. No. Por suerte, si no hubiera vomitado a las primeras de cambio.

Ella era musulmana occidental en el sur de Bulgaria. Es decir, se sentía búlgara y musulmana. Él no es más que un chico que está haciendo la mili. No es musulmán, pero tanto da. Pasa de problemas. La cosa se jode cuando el gobierno decide acabar con la cultura musulmana del país, pues los consideran extranjeros. Ahí se jode todo, porque evidentemente, por cada acción, hay una reacción. En este caso radicalizarse, y luchar por lo que tu consideras justo. Y con esto, las personas que antes eran amigables y tolerantes, ven como enemigo a todo aquel que no sea de los suyos. Aunque la causa sea noble y todo eso.

Y el pobre soldado que solo quiere acostarse contigo, mujer, y tú en plan Yihad. Y se jode la cosa, vaya que sí. Es lo que tiene enviar a los soldados a cualquier parte. De la misma forma que es una locura enviar soldados a rescatar a un gatito atrapado en un árbol (probablemente acabes sin gatito, sin árbol, sin jardín y sin cabeza de paso), lo es también enviarlos a una tranquila región de Bulgaria para cambiarles los nombres y prohibir sus bailes y trajes tradicionales, que dicho sea de paso, son bastante bonitos y llamativos, a parte de eróticos. Suele acabar alguien con un tiro en la cabeza, y normalmente no es un soldado. Pero claro, estos son mandados, que culpa tendrán ellos también.

La única resolución posible es un drama. Un muerto en el suelo. Y aquí llegamos a la mitad de la película. Pero no estamos seguros por la fragmentación del metraje mediante el montaje. Es el típico que comienza con el principio del fin, luego volvemos a los orígenes, fundido a negro, ha pasado un tiempo y otra vez el principio del fin, con, efectivamente, el final que no habíamos visto antes. Esto empieza a ser clásico, no sorprende, que era lo que buscaban, pero no molesta.

La segunda mitad empieza interesante, con las escenas del manicomio con nuestros dos protagonistas en estado de shock. Han olvidado el pasado. Es entonces cuando el espectador vislumbra que puede haber una historia de amor recíproca, pues ya no hay las barreras sociales, religiosas o políticas que encontraban antes. Pero veremos a ver si la gente les va a dejar en paz.

En fin, película más que digna, con una buena ración de historia desconocida para mi, contado de forma amena, con una curiosa historia de amor/odio, que al final se vuelve desgraciadamente previsible y algo ñoña. Pero Vesela Kazakova es taaaan guapa. En persona más...y sobre todo buena actriz, que es lo importante.