- Sinopsis
- Andrea, una directora de cine, regresa a su Montreal natal para hacer un drama musical. Allí se encuentra con otra mujer, Estelle, que intenta suicidarse. La vida de Estelle tiene paralelos con los acontecimientos de la película de Andrea. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Cine dentro del cine
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1984 / Canadá
- Título original:
- La femme de l'hôtel
- Duración
- 89 min.
- Guion
- Música
Premios
Ejemplar ejercicio de metacine y vanguardia
30 de diciembre de 2022
La cineasta Léa Pool ha logrado conformar una reseñable obra cinematográfica durante varias décadas. Rodada en francés, la suiza afincada en Quebec, escribe y dirige su primer largometraje, el drama modernista “La femme de l’hôtel” (1984), aclamado por crítica y público internacionales.
La trama gira en torno a una película dentro de una película. El relato nos sumerge en las historias de tres mujeres se entrecruzan en el viejo Hotel Clarendon, en el centro de Montreal. Andrea Richler (Paule Baillargeon), una directora de cine que atraviesa una crisis creativa, regresa a su Montreal oriundo para realizar un drama musical de alto presupuesto. Allí se encuentra con otra mujer, la enigmática Estelle (Louise Marleu), que busca la forma de suicidarse y se ha recluido en el hotel para olvidar su pasado. La tercera mujer es la actriz (Marthe Turgeon) que ha de encarnar el personaje creado por la directora. Pero, Andrea descubre con incredulidad que la vida de Estelle mantiene evidentes paralelismos con los acontecimientos de su película y desatan consecuencias inesperadas.
Este título primero de su directora, coloca a Léa Pool en el lugar de la más importante mujer directora de la escena de Quebec, y presenta como elemento principal el proceso de creación audiovisual del cine. Y muestra a mujeres perdidas entre las paredes de la habitación de un hotel. Lo real y lo imaginado se yuxtaponen. Se afirma desde sus inicios una mirada aguda y precisa sobre los caminos de los individuos en la encrucijada, llevada por búsquedas subjetivas, existenciales, alimentada por un soplo narrativo ejemplar y un dominio de la imagen.
Cine canadiense contemporáneo de vanguardia, y título realizado con estilo distintivo, reflexivo y elegante, que enfatiza de forma magistral las pulsiones de sus personajes maduros y las preocupaciones de estos por la alienación del paso del tiempo, la identidad, el deseo y una relación desconocida entre la vida y el arte.
Recientemente se ha proyectado en cines de Quebec una versión restaurada y digitalizada. Metacine en estado puro y una película necesaria, puntal en la filmografía de una directora en estado de gracia.
La trama gira en torno a una película dentro de una película. El relato nos sumerge en las historias de tres mujeres se entrecruzan en el viejo Hotel Clarendon, en el centro de Montreal. Andrea Richler (Paule Baillargeon), una directora de cine que atraviesa una crisis creativa, regresa a su Montreal oriundo para realizar un drama musical de alto presupuesto. Allí se encuentra con otra mujer, la enigmática Estelle (Louise Marleu), que busca la forma de suicidarse y se ha recluido en el hotel para olvidar su pasado. La tercera mujer es la actriz (Marthe Turgeon) que ha de encarnar el personaje creado por la directora. Pero, Andrea descubre con incredulidad que la vida de Estelle mantiene evidentes paralelismos con los acontecimientos de su película y desatan consecuencias inesperadas.
Este título primero de su directora, coloca a Léa Pool en el lugar de la más importante mujer directora de la escena de Quebec, y presenta como elemento principal el proceso de creación audiovisual del cine. Y muestra a mujeres perdidas entre las paredes de la habitación de un hotel. Lo real y lo imaginado se yuxtaponen. Se afirma desde sus inicios una mirada aguda y precisa sobre los caminos de los individuos en la encrucijada, llevada por búsquedas subjetivas, existenciales, alimentada por un soplo narrativo ejemplar y un dominio de la imagen.
Cine canadiense contemporáneo de vanguardia, y título realizado con estilo distintivo, reflexivo y elegante, que enfatiza de forma magistral las pulsiones de sus personajes maduros y las preocupaciones de estos por la alienación del paso del tiempo, la identidad, el deseo y una relación desconocida entre la vida y el arte.
Recientemente se ha proyectado en cines de Quebec una versión restaurada y digitalizada. Metacine en estado puro y una película necesaria, puntal en la filmografía de una directora en estado de gracia.
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