11-11-11 (2011)

Darren Lynn Bousman (autor de algunas de “Saw” y no de su parte 11, lo cual le resta credibilidad para este proyecto) ha realizado en “11-11-11” la mayor tontuna cinematográfica del año. Los responsables de la producción han debido tener 1,1 dedos de frente cuando pensaron en esta película… porque una cosa es pensar y otra estrenar. Veamos, la película nos habla (entre una descripción de Barcelona escrita por unos teletubbies peregrinos antes de la visita del Papa a España en una agencia de viajes colocados con tripis) de que el 11-11-11 se nos va a abrir un ‘portal’… y no el de Belén. Normalmente los ‘portales’ son ‘por delante’ pero mucho me temo que este es de los de ‘detrás’. Y precisamente es por ahí donde nos van a dar… con las mulas, los pastorcillos, el río de papel de aluminio y todo el equipo (incluido el angelillo que cuelga), vamos…

Mucho se ha criticado a Roland Emmerich pero estrenó “2012” en el 2009. Tres años antes de que se pueda acabar el mundo (y tu vida salvo que seas John Cusack). Es todo un señor: listo, oportuno y con visión de mercado. Entonces, ¿qué sentido tiene estrenar “11-11-11” el 11-11-11? ¡¡Pues ninguno!! Si acaba el mundo o dejamos el cine por la iglesia porque llega el Apocalipsis… que alguien me diga para qué estrenar una película en la fecha en la que se va todo al garete. Yo no le encuentro sentido. Tampoco a la película: que parece una revisión previsible del Pasaje del Terror del Parque de Atracciones por un Padre Apeles imitando al Duque en silla de ruedas y su hermano llorón y escritor de best-sellers que no se ha visto “23”.

El pobre es tan tonto que no se da cuenta que está en uno de ellos y de los malos: por previsible, con más giros y agujeros que los calzoncillos del Sr. Barragán, machacón y con el terrible mistake de no hablar nada en catalán (ni en las misas, que ya hay que ser bilingüe hasta para que te den el sermón). Un poquito-de-por-favor que habéis estrenado “Vicky Cristina Barcelona” hace na' y va “Pa Negre” pa’ lla. Pero su mayor problema es que para tanto portal hay poca portera: si las 'porteras' hablaran un poquito en vez de tanto susto barato, truco y juego de luces robado de la discoteca de Pocholo y la niebla del “Thriller” de Miguelito Jackson el prota se enteraba un poco. Se trataba de eso, ¿no?
Es lo de menos porque lo de-más es lo absurdo del proyecto: si el 11-11-11 se va todo a la mierda la película va a recaudar una mierda y si el mundo sigue en su sitio a partir del 12-11-11, ¿¡qué sentido tiene ver una mierda (y encima falsa) como “11-11-11”!?

La película empieza la mañana del 07-11-2011. Hoy. A las 11:11am. Así que cuando la leas, sabrás que esta crítica viene del futuro. Del mismo en el que vive Trunks y en que la Chica del Futuro de Neutrex fue vencedora de Gran Hermano XXI. Y spoiler: el debate político del 07-11-2011 lo ganó Justin Bieber (al menos en Twitter).

El caso es que la finalidad de esta crítica es advertiros: "11-11-11" de Darren Lynn Bousman es una puta mierda. Podría verse venir, considerando que la película se desarrolla en Barcelona (mal director americano + España = bodrio) pero esto de las conspiraciones y las casualidades, bien llevado, puede molar. No es el caso. Como vengo del futuro, narraré en pasado: "La historia seguía a un escritor de gran éxito que se encontraba perdido. Desde hacía días una serie de pesadillas le aturdían, sus recuerdos volvían a su mente y al despertarse siempre se veía acompañado de un número; su reloj marcaba las 11:11." Bien de momento. "Minutos después de que se inicie el film, el escritor tuvo un accidente del que salió ileso. Al salir del hospital [nota del narrador: exactamente en el minuto 11, segundo once, es decir, 11:11 de metraje) una mujer llena de moratones se acercó a él y le espetó un 'there are watching you' -te están observando- mientras una música terrorífica y una cámara mareante creaban un ambiente enrarecido." Ese mismo día, 12 horas más tarde, "el escritor estaba en su casa cuando de repente alguien le llamó. Era su hermano. Tras coger el teléfono una música de violines comenzó a sonar. La melodía se fundió con una frase del otro lado del aparato: 'Papá está muriéndose'." La cámara enfoca al reloj. ¡son las 11:11!.

Y aquí acaba la narración para evitar incurrir en spoilers. El punto de partida de la película es un viaje del protagonista a Barcelona, donde residen su hermano y su padre, ambos fervientes seguidores del Señor, hombres de fe, algo que choca con la forma de pensar de nuestro persoaje-cliché de novela de Stephen King. La música solemne, con coros incluso, preside cada escena posterior -y anterior- del metraje para dar lugar a un thriller conspiranóico tan lamentable como ridículo, que ni siquiera es gracioso. El giro final de todas las películas de Bousman también está presente pero por si alguno no sabía que un montaje eficiente puede cambiar radicalmente cualquier cosa (teclead en Youtube "Scary Poppins"), el giro se explica y la sensación de timo de la estampita se incrementa. Una cosa buena tiene "11-11-11": su final no es complaciente, tiene mala hostia.

Pero como dije al principio, vengo del futuro. Así que me veo en la obligación de avisar: todo esto es ficción. Nada de esto pasará el "11-11-11". Lo único que ocurrirá es que las carteleras del país se actualizarán incluyendo una de las peores películas del año entre su oferta semanal. Vais sobre aviso.