La noche del doctor Valdés (C) (1964)

¿A qué diablos se dedican en esa clínica dirigida por el doctor ausente y su mujer acompañados por un grupo de monjas? ¿Qué tipo de actividades realiza ese doctor que pasa tanto tiempo fuera?

Y, con todo, esas preguntas son más fáciles de responder en comparación con la incógnita que nos deja el plano final de la protagonista, segundos antes de que, tras aparecer la palabra fin, ya fuera de plano, tenga lugar el encuentro con su tío y anfitrión. Pocas veces he experimentado viendo una peli una incertidumbre parecida y me he quedado con las ganas de saber qué puede pasar después, aunque me temo que Bartolomé no filmó una segunda parte.

Por otro lado, para quienes somos algo frikis de cierto cine español de género y de los márgenes, es una gozada poder ver a María Elena Flores y Fernando Palacios en dos pequeños papeles, que seguramente estuvieron entre los primeros de su carrera y no son muy diferentes a los que desempeñarían posteriormente en tantas películas.