Fever (1988)

Claro ejemplo que muestra que con una buena idea, un buen guion, con un presupuesto aunque sea ajustado, cogiendo algunas ideas de por allí, otras de por aquí, dirigiendo bien a los actores, sabiendo dar ritmo a la acción y, en concreto, construyendo una clásica historia policíaca, con celos incluido, se puede hacer una buena película.

De acuerdo que tiene fallos pero los aciertos también cuentan; tiene escenas que demuestran que hablamos de alguien que con una cámara, sabe muy bien lo que quiere mostrar, como a la mujer del policía en plena acción en su cuarto; y esa acción se combina con las demás de tal forma que la película es ágil y transcurre en un suspiro. Luego será otra cosa y tal y cual, pero el espectador corre con la vista como corren unos detrás de otros. La vida es una carrera para no llegar a ningún sitio.