Doctor Who: Shada (TV) (2017)

Una oportunidad única para los conocedores del doctor Who. Nada menos que ¡un ciclo inédito del mejor Doctor de la Saga! ¡Un auténtico orgasmo whoviano! Es imposible ver esta película si sentirte estremecido ante la aparición del genial Tom Baker, en su plenitud gallifreyana. Ver este filme es como viajar atrás en el tiempo, cuando, frente a la tele, esperabas, ansioso, una nueva aventura del Doctor, sin conocer a qué enemigos se iba a enfrentar. Una sensación que jamás pensé volver a vivir.

Se habla mucho de la serie sin conocer la serie clásica, así que para aquellos que solo conozcan la serie del retorno quizás no disfruten de esta historia con la plétora que lo hará un fan acérrimo de toda la saga. De toda. Para hablar del buen Doctor es necesario, a mi entender, conocer todos los doctores que conforman la historia del doctor, los 14 hasta ahora. Los hay mejores y peores, pero todos ellos han conformado el carácter del personaje. Es fácil decir que los mejores doctores son Tennant o Smith. Es fácil decirlo sin conocer la serie desde sus albores. Pero de todos ellos, es Baker, el más longevo y el que confirió la época de mayor popularidad mundial del personaje. Un personaje que ahora vemos agonizar de manos de un incompetente showrunner llamado Chibnall, una maldición, la auténtica némesis del Doctor.

Y toda leyenda tiene una historia. Porque este ciclo tiene una interesante historia tras de sí. Rodada parcialmente a finales de los años 70, una huelga impidió finalizarla. Corresponde a la temporada 17 y estaba compuesta por 6 episodios. En los años 90, ante la sed que tenían los aficionados de más historias del Doctor, se lanzó una edición en video con las secuencias que había, relatando Tom Baker los fragmentos que faltaban. Una edición descatalogada. Y, por fin, este 2017, la BBC decidió completar la saga, empleando para ello fragmentos animados y contando de nuevo con los actores para dotar a sus personajes de voz. Treinta y siete años se notan, sobre todo en la voz de Lalla Ward, apenas una chica de veinte años entonces. La BBC lo lanzó como una película de dos horas y pico.

Una buena historia con todo lo que caracteriza al Doctor. Bases espaciales, viajeros de Gallifrey, un enemigo a la altura, unos dispositivos infernales, unos companions temporales interesantes, peligro definido, una amenaza universal, la presencia de Romana y de K-9, el perro-robot y del gran Tom Baker, son sus rizos y su eterna bufanda. Los tramos animados están bien realizados, no desentonan y la música incidental es realmente destacable. Cada secuencia se paladea, como quien toma un chocolate a la taza con una cuchara pequeña. Se disfruta. Y tiene una secuencia final (ver spoiler) sorprendente y mágica, un regalo para todos aquellos que amamos al Doctor, algo inesperado y grandioso.

Disfrútenla como si fuesen adolescentes. Un viaje en el tiempo. Cuando vivíamos en una época de más esperanza y mayor libertad creativa, sin cuotas ni doctrinas. Cuando lo realmente importante era el espectador.