Everything You Want (TV) (2005)

Generalmente cuando me voy a enfrentar a un telefilm sin saber lo que se viene tengo dos chances: o descubro una joya desconocida o me trago un telefilm barato. Lamentablemente "El arte del amor" -título con el que la presentaron en la TV- cae dentro del segundo grupo. Este tipo de película debería de venir con un anuncio que advirtiera que lo que viene a continuación "No es apto para gente que piensa". El convencionalismo de la cinta es tal, que no sólo es previsible sino que parece que eso es lo que pretende desde el comienzo.

La historia del amigo imaginario podría haber funcionado mucho mejor si, por ejemplo, hubiera optado por algo del estilo de "Doña Flor y sus dos maridos" (Bruno Barreto, 1976), pero prefiere dirigirse por la senda obvia de la moralina paternal y termina desbarrancando en una comedia flojita que encima acaba por ser romántica dejando de lado el tema de la infancia "traumática".

El usar actores tan desconocidos para realizar una obra tan convencional siempre es una pésima idea porque con actores de renombre al menos tenemos la oportunidad de apreciar sus tics, sus caras, su estilo de humor -por ejemplo: Sandra Bullock, Cameron Díaz, Reese Witherspoon, Jim Carrey, Ben Stiller, entre otros- pero aquí la sosedad es total. Aunque a veces no se note, el reparto es fundamental cuando el guión no aporta originalidad.

Los personajes secundarios son los estereotipados alocados-con-costumbres-súper-mega-raras, pero aquí no tienen ninguna gracia en particular. No es que yo pida al Sr. Lobo (Harvey Keitel en "Pulp fiction") pero al menos sí una Melissa McCarthy en "Damas en guerra" (Paul Feig, 2011). Estas comedias requieren ese tipo de secundario que apenas tiene líneas de diálogos pero que siempre resaltan por sus excentricidades divertidas, pero ni la rubia despistada de Holden, ni el desprolijo -a falta de un mejor adjetivo- Friedle generan algo que realmente me haga reír; y mejor ni mencionemos a los padres decora-tumbas.

Los diálogos sarcásticos que intentan ser graciosos terminan rayando el ridículo y la obviedad total. Y para colmo colocan unas charlas sobre arte, surrealismo y filosofía, que son totalmente irrelevantes, no aportan nada, y encima no logran hacer que el film se vea "intelectual".

Lo más rescatable son las canciones pop de la banda sonora.

Lo mejor: el film es desconocido y sólo gente con mi mala suerte se lo llega a tragar completo.
Lo peor: no hace ni medio esfuerzo por evitar los clichés.