Mademoiselle Fifi (1944)

Curiosa adaptación de dos fantásticos relatos de Maupassant, fusionados en una película; muy oportuna para la época por cierto, para el año 44 con toda Europa sumida en una devastadora guerra que duraba largos años. Se agradece el regalo que supone ver a Simone Simon interpretar a una patriota, compatriota diría yo, inflexible ante la ocupación prusiana. Un personaje íntegro que muestra el contrapunto social a sus pomposos acompañantes, ricos y empresarios dispuestos a cualquier medio por un fin; esté alineado con los ideales de la patria o no.
Tímida película que dulcifica, claro está, ciertos recursos empleados por el autor francés que avivaban la narración dándole un aspecto humano. Si no, probablemente no hubiera pasado la National Board of Review. Pese a la dirección de Wise y la aparición de Simon, personalmente me quedo con los relatos.

Basada en dos relatos patrióticos de Guy de Maupassant –que también fueron la base literaria de la no muy lejana LA DILIGENCIA (Stagecoach, 1939. John Ford)- y producida por el gran Val Newton, "Mademoiselle Fifi" es la segunda película del gran Robert Wise y la primera que dirigió en solitario, después de codirigir "La maldición de la mujer pantera" junto a Guther Von Fritsch. La película se rodó aprovechando los decorados de "Esmeralda la zíngara" (The Hunchback of Notre Dame, 1939. William Dieterle), lo cual permite un notable esplendor en su elemento de ambientación artística especialmente en su segunda mitad.

En este mundo “maupassantiano”, encerrado en el marco aciago propiciado por la guerra franco prusiana, los personajes desfilan (expresión sin connotaciones militares) desde la más variada circunstancia o profesión, además de oficiales y soldados, pululan todo tipo de la escala social: burgueses, prostitutas, campesinos, trabajadores, especuladores, curas, revolucionarios o viejos. Los protagonistas, antihéroes y gente vulgar, se desenvuelven en “terrenos fangosos”, donde sale a relucir un patriotismo orgulloso que, en ocasiones, llega a ser brutal, el amor al país se desarrolla en diferentes actitudes según la forma de padecer de cada uno, desde una aparente pasividad, resignación y sacrificio, hasta la forma más salvaje, vengativa y visceral. Como es natural, se presenta a los prusianos o alemanes, especialmente los mandos militares, como gente rastrera, cruel, cobarde, orgullosa y fanática, impresiones de las que, a veces, tampoco carecen los franceses; al director, bueno, mejor dicho, a Maupassant, no le tiembla el pulso para criticar a determinados sectores representativos de la Francia ocupada, como la burguesía, la política o el ejército, infectados de avaricia, mezquindad, hipocresía y miserias morales.


La figura de la mujer, representada en la figura de esa hermosa lavandera llamada Simone Simon, ocupa un lugar destacado y me atrevería a decir esencial, es una persona fuerte, con un gran sentido del honor, honestidad y rigor ético, mucho más acentuado que el de las llamadas “personas decentes”. Rubia, diminuta (medía apenas 1 metro 57), nariz respingada, ojos de gata, Simone Simon era una mujer que desprendía un absoluto magnetismo, saltó a la fama gracias a su personaje en "La bestia humana" (La bete humaine, 1939) de Jean Renoir, pero, sobre todo, será siempre recordada como la fascinante "mujer pantera" del filme de Jacques Tourneur "The Cat Woman" (1942); aquí está fantástica representando ese ideal de mujer inocente y fuertemente sensual, su frescura, su sonrisa y mirada felina se muestran en todo su esplendor.

Una muy interesante película, prácticamente desconocida, pero que vale la pena rescatar de las catacumbas.