Tarots (1973)

Antes que nada, hay que indicar que esta película es tan mala, y tan extraña, que ni siquiera puede provocar risas en una reunión de amigos cinéfilos con cervezas y demás. A veces parece que no tiene guión y los personajes se comportan con improvisación. Sorprende la presencia de una delgadísima pero hermosa Sue Lyon pero sobre todo la de Gloria Grahame, la maravillosa dama del cine negro, que sigue moviendo la melena como nadie pese a tener que aguantar un papel imposible. A destacar igualmente la mansión en donde se desarrolla el 99 por ciento de la acción, casi una ciudad con todos los lujos, incluso una bolera en el jardín. Lo demás es casi marciano: Sue Lyon llora sin consuelo y sin parar en vez de arreglar las cosas, su amante (Christian Hay) se empeña en maltratarla a ella y al Gloria Grahame, otro se come un papel solo porque dicen que lo haga, en fin, la decadencia del autor de la inmensa 'Atraco a las tres', que en los 70 hizo de todo y todo mal.