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Las amantes del diablo (1971)

Las amantes del diablo
90 min.
3,8
29
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Sinopsis
Una mujer emprende por su cuenta la búsqueda de su hermana pequeña, desaparecida mientras estaba de vacaciones. Se dirige a una remota localidad costera en la que, al parecer, su hermana fue vista por última vez. Una vez allí, será víctima de la persecución de un libidinoso y lunático científico, el mismo que mantiene cautiva a su hermana en su castillo. (FILMAFFINITY)
Género
Terror
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Las amantes del diablo
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción España-Italia;
6
Divertida e impagable muestra del 'fantaterror' español más friki
El llamado 'fantaterror' español de los 70 me parece cada vez más reivindicable, según voy revisando más cintas de ese subgénero. No porque sean obras excelsas, por supuesto, sino porque vistas hoy con un cierto desprejuiciado espíritu friki, pueden llegar a ser muy divertidas, aunque no siempre. Pese a las tremendas carencias que pueden acumular. O incluso precisamente a causa de ellas. Como sucede en este caso.

Los agujeros argumentales que contiene la trama en su planteamiento de inicio son auténticos socavones. No se entiende como al personaje interpretado por Espartaco Santoni nadie le eche el guante o lo interrogue respecto a la desaparición de la chica (Verónica Luján) que aparece desorientada y envejecida al principio y que él mismo vuelve a raptar adentrándose en un sanatorio. O que la protagonista (Krista Nell) caiga luego tan fácilmente en sus redes de seducción cuando es obvio que tiene que está relacionado con la desaparición de su hermana.

Y las relaciones que se entablan entre algunos personajes son de risa, empezando por la extraña y sexualmente desvahída amistad amorosa entre Neill y Ennio Girolami o la inacción del comisario que interpreta Luis Peña, deambulando entre cócteles y fiestas ofrecidas por el 'playboy' encarnado por Espartaco.

Pero, amigos y amigas, eso de ver a Espartaco Santoni haciendo de sí mismo, eso de ver a Teresa Gimpera en todo su esplendor como su secretaria y ayudante en uno de esos papeles moralmente ambiguos que tan bien se le daban, o a Jaime de Mora y Aragón con una silente y no acreditada en los títulos Marujita Díaz colgada de su hombro, en la psicotrónica y 'superkitsch' secuencia de la 'boite' del hotel, es una experiencia impagable.

Lo mismo que resulta también muy estimulante la mezcla de melodrama policial veraniego, con apuntes psicoanalíticos (*) y eróticos propios del 'giallo', y terror gótico basado en cultos satánicos que irrumpe con más fuerza en el último tramo, y que en algún momento incluso cumple con su función de impresionar un poco al espectador por lo perturbador y morboso de muchas de las secuencias del castillo, mayordomo chino incluido.

En suma, una entretenida, divertida y a ratos siniestra (¿mala?) película de terror española de los 70, de visión obligada para los amantes de ese entrañable subgénero.

Además, es también un placer para la vista contemplar a la hermosísima protagonista, la infelizmente desaparecida Krista Nell. De una belleza finísima (al menos aquí recuerda mucho por sus facciones y su peinado a Analía Gadé), falleció en 1975, con solo 29 años, de leucemia, tras haber realizado muchísimas películas de género.

Y la verdad es que apetece rendirle homenaje viendo otras pelis suyas, no solo por ser tan bonita, sino por rebelarse uno un poco, recordándola, frente a lo injusta e inexplicable que puede ser a veces la vida real, al margen de la de las películas.

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(*) A uno de los guionistas, el más que rescatable "cineasta maldito" Miguel Madrid, le iba mucho el rollo psicoanalítico, como demostraría poco después en la segunda de las tres cintas que dirigió, "El asesino de muñecas" (1975)
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Al diablo con las amantes.
En medio de la noche una joven escapa en camisón de un enigmático castillo.
Recogida por unos transeúntes el día siguiente es objeto de estudio por los doctores Donati (Blanco) y Ferrer (Girolami) que consideran que padece alucinaciones, excitación y shock mental provocado por un terror superlativo. Algo así, ponen de ejemplo, como el síndrome de María Antonieta que en una noche en la Bastilla perdió el color de su pelo tornándose completamente blanco de canas.
Hoy sabemos que este fenómeno es imposible, pues no hay células vivas en el cabello y el estrés psicosocial no puede afectar la fibra capilar que ya está formada, solo puede afectar las fibras a medida que se forman.
Es igual, tampoco puede tratarse del síndrome de Hamer que le diagnostican, pues este pseudomédico que también busca la causa del cáncer en shocks psíquicos, desarrollará su teoría años después de estrenada la cinta.
Por lo demás se trata de una película de terror cutre de quiero y no puedo.
Un millonario extravagante, el Dr. Tills Nescu (Santoni), que se pasea en bañador rodeado de muchachas esculturales dispuestas a desnudarse a cada momento, "por exigencias del guion" naturalmente. Vamos, un diablo maléfico seductor que no pasa de chulo de piscinas. Y luego una policía y unos médicos medio bobos que están de adorno.
Ni trama, ni guion, ni realización, ni análisis de los personajes, ni nada de nada.
Una de miedo que da risa. Huir.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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