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El truco del manco (2008)

El truco del manco
87 min.
6,2
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Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Quique Heredia, El Cuajo, es un payo agitanado, un buscavidas con medio cuerpo afectado por una parálisis cerebral que le impide andar con facilidad. El Cuajo convence a su amigo Adolfo, un mulato que vive en un barrio dormitorio y tiene un padre alcohólico y enfermo, para montar un estudio musical para ganarse la vida usando el talento y la pasión que los une: el Hip Hop. El reparto está formado por actores no profesionales; entre ellos destaca Juan Manuel Montilla "El Langui", líder del grupo musical de hip hop gitano "La Excepción", galardonado en 2006 por MTV Europa como el mejor grupo europeo en lengua española. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Hip Hop Drogas Discapacidad Drama social Música
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
El truco del manco
Duración
87 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
2008: 3 Premios Goya: Mejor director novel, actor revelación (J.M. Montilla) y canción
"Una de esas obras que rezuman sinceridad, en la que no aparece nadie que no lo merezca realmente y con un tipo que pasa por la pantalla mirándote a los ojos y diciéndote: Sí, ¿qué pasa?"
[Diario ABC]
"Si bien no incurre en tremendismos, se acerca a los límites de lo sensacionalista. (...) Tiene su principal arma en El Langui (...) Es una lástima que, pese a su fuerza natural, sus diálogos acaben sonando un poco postizos."
[Diario El País]
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Cuajo Adolfo Barcelona
A ritmo de rap callejero, El truco del manco nos narra la historia de “Cuajo” y Adolfo, dos colegas que sueñan con tener su propio estudio de grabación. El “Cuajo”, discapacitado físico con serios problemas de movilidad (un papel hecho a la medida de “El Langui”, quien padece una parálisis de nacimiento), es todo arrojo y tesón ante las dificultades. En cambio, Adolfo, un mulato toxicómano cuyo padre tiene serios problemas con la bebida, representa el desengaño y la apatía.

Lejos de la estampa turística de Vicky Cristina Barcelona y de la realidad aburguesada y catalano-hablante de los films de Cesc Gay, el debutante Santiago A. Zannou nos retrata una Barcelona dura y gris, la Barcelona de la marginalidad, la inmigración, los gitanos, la droga y “el trapicheo”, si bien es cierto que El truco del manco podría suceder en cualquier barrio periférico de cualquier urbe española.

En su ópera prima, Zannou entrecruza el cine quinqui de Jose Antonio de la Loma (Perros Callejeros, Yo, “El Vaquilla”) y Eloy de la Iglesia (El pico) con el realismo social más crudo e impactante, no en vano el director revindica Los olvidados de Luis Buñuel como una de sus películas de cabecera. Para aportar al film el realismo y la visceralidad necesarios, Zannou ha apostado por un estilo visual áspero, opresivo y nada embellecido, y por un reparto no profesional que combina la voluntariosa pero a veces forzada interpretación de “El Langui”, miembro de la banda de Hip-hop La Excepción, con el convincente y destacable trabajo de Ovono Candela.

Durante buena parte del metraje, la historia transmite un conveniente hado trágico, tan acertado que llega a abatir al espectador sin resuello alguno. Sin embargo, el mensaje final de autosuperación, algo aleccionador en sus conclusiones, acaba suavizando esta notable impronta trágica, haciendo del film un producto más convencional de lo que prometía en su desarrollo. Con todo, nos hallamos ante un dignísimo debut y, con diferencia, la mejor película de la presente (y mediocre) edición de los Goya.
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90 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
"La vida es una full"
Que fácil es acabar cayendo en el sentimentalismo barato cuando todo en la historia a priori llama al gran drama. Y que difícil es hacer una historia que emocione y de que pensar sin caer en mensajes vacíos de medio pelo. Chapó para el primerizo Zannou y para el Cuajo, dos de los Goyas más cantados, por méritos propios, de la edición de 2008.

El Langui saca los colores a todos aquellos que no paramos de quejarnos por todo. Vemos un montón de arena y hacemos que nuestra imaginación lo convierta en una gran montaña, sin darnos cuanta que la solución a nuestros problemas está delante de nuestras narices, dentro de nosotros mismos. Y da igual que vivas en un barrio marginal del extrarradio o que no levantes un palmo del suelo. No es necesario conducir para tener coche ni usar las dos manos para hacerte un canuto.

Sin excusas. Y no me digais que no se puede.
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59 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
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