El sendero del odio (1964)

"Plomo y carne", casi es mejor el título original en italiano que la versión anodina de la distribución hispana. Plomo por los interminables tiroteos del final con "Las 800 balas" de rigor. Parece mentira lo mal que apuntan todos. Lo de carne debe ir por la bella Mabel Master (Viterbo) enamorada de Hata (Piergentili), el también bello indio cheroqui que viste un curioso chaleco floreado con cinta en la frente para recoger la melena en la mejor tradición hippy del momento.
Historia muy poco convincente con indios venidos muy a menos, tanto que ahora se dedican a vender sus cacerolas y otros productos de "artesanía" en Roston City a orillas de un bonito lago. Como una comunidad de hippies en un western lacustre. La imagen que se transmite de los cheroquis es de lo más pobre, infantiles, pusilánimes y, cuando se dedican a atacar, lo hacen atropelladamente para caer como moscas. Están más por el amor que por la guerra.
Al otro lado está la poderosa familia de los Master que los acosa sin piedad. Racismo mezclado con abuso de poder en una especie de culebrón extraño.
Guion mal hilvanado, dirección sin sentido del ritmo, las cosas pasan una tras otra sin más, no hay tensión alguna. Inexistente análisis de las personalidades con comportamientos erráticos en los papeles principales. Interpretaciones rutinarias.
Todo muy pobretón. No la recomendamos.

Pasable, pero mediocre spaguetti western coproducido por España, italia y Francia.

Su desarrollo es muy discreto aunque hay algunos buenos diálogos. Otros son chistosos, como cuando el indio protagonista y su amada blanca comentan, muy tristes ellos, lo mucho que querían al perro del primero:

"-Era mi mejor amigo, siento que le hayan matado.
- Si, cariño, también yo era amiga suya..."

En fin, penoso pero entrañable.

Meritorios característicos españoles, como Alfredo Mayo o el simpático Manolo Zarzo.

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