Besos de azúcar (2013)

El inminente lastre de Besos de azúcar se debe principalmente a que no existe solidez en su línea de argumentación, la cual se inmiscuye en el ámbito familiar de un joven, coartados por el contexto socio-cultural al cual se someten y donde la ficción es anodina para así limitarse a una radiografía del colectivo que representa afamado barrio de Tepito. Sus figuras principales reflejan la divagación de quien escribe y dirige, no los fortalece; los secundarios tratan de sacar a flote el cotidiano que representa el ambulantaje en las calles y su interacción (aunque fidedigna) cae una usual representación habitual poco relevante sobre historias urbanas al que la pareja de jóvenes jamás puede aventajar, y reitera quién habita con el ambulante fuera de sus actividades cotidianas.

Lo mejor: Los 10 minutos previos al cierre.

'Besos de azúcar' está dirigida a un público adulto infantilizado. Se muestra la diferencia de clases de México, las mordidas de los policías, las bandas, la corrupción, violación, incesto,... temas adultos, pero la trama es el enamoramiento de dos chavales en la adolescencia. Las persecuciones, escapadas, relaciones familiares, etc. también se ven desde un punto de vista infantilizado, sin la madurez, ni la reflexión, que todos y cada uno de esos temas necesita.

Esta pareja de Romeo y Julieta separados por las clases sociales no emociona, porque parecen más dos niños jugando que lo que se intenta retratar, dos adolescentes al borde del precipicio, acorralados por sus respectivos entornos.