Diabólica malicia (1972)

Con aire de serie B pero actores de primera, la película es de las pocas que ahondan valientemente en uno de los temas "tabú", temas no políticamente correctos ni bien vistos, de los cuales hay unos cuantos según las presiones sociales y las modas políticas reinantes en cada época. En este caso es el tema de la posible maldad que puede haber ya, en algunos casos, en la adolescencia, e incluso antes.

Otras buenas películas que han tratado el espinoso tema son "La mala semilla" (1956, Mervyn LeRoy), o "El buen hijo" (1993, Joseph Ruben). En "La mala semilla" no recuerdo bien si sale psicólogo (creo que no), pero sí salen en ésta (magnífica Lilli Palmer), y en "El buen hijo". En ambos casos son psicólogas portadoras de los valores oficiales, que ya tienen emitidos sus juicios antes siquiera de conocer el caso concreto.

Además de Britt Ekland, Lilly Palmer y Harry Andrews, está Hardy Krüger, actor que siempre participó en buenas películas, varias inolvidables, y que, como otros varios, no tenía problema ninguno en pasar de un papel en una superproducción ("Barry Lyndon", "Un puente lejano"), a aceptar otro papel en una película modesta (de medios, no de contenido).

Es una película con toques de intriga, pero sobre todo es drama psicológico porque hay escenas que parecieran ser más bien metafóricas y no literales.
Se parece un poco a Malicia (1973) pero en aquella es un adolescente y en esta un niño más joven.
La actriz Britt Ekland es de lo mejor, vemos la película desde el punto de vista de su personaje y ella está genial, en este tipo de películas la calidad de las actuaciones es muy importante y aquí cumplen.

La relación entre la mujer y el niño es lo más impactante, él parece de primeras un niño bueno e inocente pero poco a poco vamos viendo cosas extrañas en él.
Sobre todo, a partir de la escena del cartel de la película.

Todo en el niño es muy sutil e indirecto y parece estar sugestionándola a ella durante la película.

Ve spoilers (*)

Es un drama psicológico bastante bueno que narra la relación cargada de tensión entre una madrastra y un niño.