Evil Aliens (2005)

Realizar una crítica seria de “Evil aliens” sería como escribir una tesis sobre la profundidad narrativa y periodística de la prensa rosa y los programas del corazón.
Yo como no sé qué haría sin saber lo último de la vida de la Pantoja, Rociíto, Campanario y demás congéneres, me dispongo a escribir algo sobre esta producción que confirma el renacimiento del cine del terror inglés, que con títulos como “Zombies party”, “28 días después”, “The descent” o “The hole” está superando (en ideas mejor o peor llevadas) al cine de terror americano.

“Evil Aliens” apuesta por el gore y el homenaje al cine de terror (cutre o no) de los ochenta, aunque le falta el espíritu independiente, carismático e ingenioso. Lo digo porque “Evil aliens” es resultona: realizada con cámaras digitales de alta definición y con mil y unos efectos digitales (más decentes que los de un fanfilm) que ya quisieran muchas producciones españolas. Todas menos una: me refiero a la insultante, infame y brillante “Karate a muerte en Torremolinos”.

Cruce de “Expediente X”, un survival horror y con el lado gamberro y juguetón de Peter Jackson y Sam Raimi, “Evil aliens” destaca respecto a muchas películas independientes de colegas que con duros intentan hacer cine.
El trabajo de Jake West y los actores intenta ser profesional y serio teniendo en cuenta el tipo de cine que estaban haciendo. Al parecer Jake West ya había realizado otra producción similar en el 98 titulada “Razor Blade Smile” que no he tenido la suerte de ver todavía, que fue galardona en festivales de serie b y de cine fantástico.

“Evil aliens” combina momentos lamentables con sabor a cliché y gags brillantes heredados de “Brain dead” y “Bad taste”, donde destaca la economía narrativa al emplear los mismo elementos para construir secuencias (véase el gag del hoyo lleno de agua). También la brillante y divertida secuencia de la trilladora.
La película y el guión da como resultado obviamente una película mala, con su especial sello de la nueve serie b, que busca el aprecio o compresión de las personas que vemos este tipo de cine. De aquellos que disfrutamos con el gore ochentero y nos resulta divertido el visionado de este tipo de bodrietes y películas cutres. Aunque repito, “Evil aliens” gracias a sus efectos digitales y maquillaje da el pego.

Filme para ver con colegas (con o sin sustancias ilícitas) y echarse unas risas; o en sesión doble con “Bad taste” y “Evil dead II".

Inicio excesivamente desafortunado para un film que, a medida que avanza en su simple y peculiar entramado, va resultando aun más interesante que el minuto anterior, logrando un resultado sumamente estimulante.
Así, después de una presentación algo chapucera y descuidada, algunos personajes irritantes en demasía y una narración que se estira demasiado para tan poco, la cinta firmada por Jake West consigue arrancar definitivamente al cabo del rato y, sin practicar un humor lúcido ni desternillante, logra obtener la complicidad del espectador más devoto de este tipo de propuestas.

Si es bien cierto que las intenciones de dicha película quedan destapadas desde un buen principio, destacando por encima de todo lo demás las ganas de la casquería más curiosa y charcutera, con baños de sangre y vísceras de por medio, también se puede decir que logra ir sorprendiendo gracias a su intensa mala leche y recortadas concesiones durante el avance del relato.
Cabe destacar también, como en cualquier cinta de susodicho género que se precie, los estimulantes guiños para cualquier espectador medio del cine más terrorífico de siempre, desde claros homenajes a la gran Phantasma de Don Coscarelli, hasta insinuaciones más o menos sutiles a otros genios como Romero o Raimi, por ejemplo.
Todo lo demás, es sencillamente un aditivo más para completar tan entretenida historia, las cutres pero simpáticas interpretaciones de algunos de los protagonistas (destaco por encima de los demás a Sam Butler en el genial papel de Ricky y a Peter O'Connor, interpretando a Jack Campbell -cualquiera diría que esto es una reminiscencia hacía nuestro amado Bruce, aka Ash-), los descafeinados y roñosos efectos especiales que ofrecen momentos impagables en alguno de los casos y el despliegue de plasma prefabricado y preparado para ser desparramado por cualquier lugar que se precie a ser manchado.

Si alguien busca pasar un rato ameno y disfrutable, que no lo dude más, Evil aliens es una estimulante propuesta que gana enteros paso a paso, además de poseer momentos geniales y divertidos, pese a que los gags no abundan demasiado, y un final, cuanto menos, curioso.
Para no perdérsela.