Mate-me por favor (2015)

Tras tres cortometrajes, la realizadora Anita Rocha de Silveira debuta en el largometraje en una atractiva película que mezcla temas como la adolescencia, el sexo, la religión y la muerte en un combo que de a poco va perdiendo interés.

La historia inicia con una joven que de pronto es atacada de manera violenta hasta causarle la muerte, quedando todo esto fuera de cuadro. De ahí la acción se traslada a una escuela secundaria donde conoceremos a un grupo de amigas y sus diferentes reacciones ante la creciente ola de muertes de mujeres en su barrio, Barra de Tijuca, una zona residencial de Rio de Janeiro.

Entre el grupo de amigas se destaca Bia (Valentina Herzsage), una jovencita que vive con su callado hermano que se la vive pegado a la computadora, y que está descubriendo a plenitud su vida sexual junto a un chico demasiado apegado a su religión, en un entorno peligroso donde la muerte acecha.

De manera muy particular, la ópera prima de Anita Rocha arranca con un tono que parece mezclar la comedia juvenil con el subgénero slasher, todo en una atmósfera plena de colores, que lo mismo mezcla momentos realistas que oníricos, y donde es notoria la total ausencia de personajes adultos.

La película no se detiene a intentar indagar la identidad del asesino o asesinos, sino más bien se concentra en retratar las reacciones de las chicas ante los hechos violentos, a mostrarlas como viven su despertar sexual, el cual es tratado con toda naturalidad, siendo lo más llamativo la forma grotesca como se acerca a la parte religiosa, que al final no resulta tan extraño tratándose de una película brasileña.

Desafortunadamente la película no siempre encuentra el tono adecuado para hilar su relato, perdiéndose en esos bruscos cambios de tono, pero entregando algunos inspirados hallazgos y otros momentos simplemente llamativos.


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