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Cuatro estaciones en La Habana (Miniserie de TV) (2017)

Cuatro estaciones en La Habana (Miniserie de TV)
45 min.
6,6
453
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Sinopsis
Miniserie de TV (2017). 8 episodios. El detective Mario Conde desciende hasta el sofocante corazón de La Habana para investigar crímenes sombríos que podrían ser mortales. Los dos primeros episodios de la serie se componen de la película "Vientos de La Habana", dividida en dos partes. (FILMAFFINITY)
Género
Serie de TV Thriller Drama Miniserie de TV Policíaco Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Cuatro estaciones en La Habana
Duración
45 min.
Guion
Compañías
Coproducción España-Alemania-Cuba;
Links
Premios
2017: Premios Fénix: Nominada a mejor serie drama y ensamble actoral
2017: Premios Platino: Mejor miniserie o teleserie iberoamericana
7
Retratos de la Habana
Adaptación de las cuatro primeras novelas sobre el detective Mario Conde, del escritor cubano Leonardo Padura: Vientos de Cuaresma, Pasado perfecto, Máscaras  y  Paisaje de otoño.´Él mismo ha escrito los guiones junto con su mujer Lucía López Coll, lo que hace que en el trasvase de las novelas a la pantalla no se pierda nada del encanto del personaje y de la Habana. Son cuatro capítulos de hora y media, independientes entre sí, en un formato que inauguró "Sherlock" hace un lustro y que cada vez está más de moda.

¿Por qué verla si en apariencia es otra serie más de policías? Pues por varias razones:

- El personaje y la actuación de Jorge Perugorría, que clava a la perfección la melancolía que Mario Conde trasmitía en los libros. Un detective divorciado que escribe en sus ratos libres y trata de sobrevivir a sus superiores a medida que, caso a caso, destapa la corrupción policial.

- La fotografía a cargo de Pedro J. Márquez. Aquí la Habana es tan importante como los personajes de carne y hueso. Las fachadas de los edificios, desconchadas, descascarilladas como la Cuba de los años noventa en que se ambienta, cuando el sueño de la Revolución cubana hace crack tras la caída de la URSS.

- La música, la banda sonora, los temas cubanos más populares de los años noventa, que tan bien envuelven en ese halo melancólico al personaje y a la ciudad.

- El retrato acerbo de la Habana, ciudad peligrosa, gente peligrosa, en medio de la corrupción y la decadencia, del tráfico de influencias y el auge de las drogas.

-Las propias historias que cuenta. Apasionantes, todas ellas utilizadas para deslizar una sutil crítica a la dictadura, en medio de cartillas de racionamiento, cortes de luz, de ex veteranos de la guerra de Angola y de balseros que huyen del desplome económico, sus habitantes tratan de sobrevivir al día a día.

- Lo bien escrita que está, las frases memorables que Leonardo Padura pone en boca de Mario Conde: “La Habana de tanto decaer se fue a la mierda” Policías investigando policías. ¿Qué coño está pasando?”.
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cuba y sus cosas
El año 2016 significó para mí no sólo el descubrimiento de un escritor cubano llamado Leonardo Padura sino también la lectura de sus obras completas, empezando por 4 novelas escritas en la década de los 90 que conforman la tetralogía llamada “cuatro estaciones en La Habana”.
Estas obras son las que Félix Viscarret ha llevado a la pantalla respetando al máximo lo que 80 minutos de metraje puedan fidelizar de un libro de algunos centenares de páginas.
Es importante lo que dije respecto a la fecha de las novelas, años 90, años de periodo especial económico en Cuba que llegaron con represión, dureza y censura, y es en ese ambiente cuando Padura se atreve a hablar (y Viscarret no lo elude) de luchas en el interior de la policía, existencia de mafias de la droga, corrupción administrativa de los altos funcionarios, existencia pública de homosexuales y travestis, apuestas piratas, arribistas revolucionarios “de toda la vida”, estupefacientes en los colegios e institutos, negocios ilegales, en fin todo aquello que el régimen negaba y que Padura retrata de un país que no era el paraiso oficial que el régimen comunista nos hacía ver ni el infierno que a otros les interesaba transmitir. Especial importancia tiene la salida, de vez en cuando, de la trama para retratar el mundo del detective Mario Conde, en estos 4 episodios es todavía policía, y la reunión con sus amigos del preuniversitario, la generación perdida, actualmente un policía que quería ser escritor, otro en silla de ruedas por causa de una bala perdida en una guerra en un lejano país africano que entonces no sabían por qué y hoy siguen sin entender qué carajo hacían en Angola, un delincuente de los bajos fondos militante de prohibidas sectas religiosas y un médico que sueña con emigrar a España. De todos los amigos del Preuniversitario de La Víbora (Barrio de La Habana) escribe Padura posteriormente y lleva al cine hace 3 años Laurent Cantet con el mismo título del libro “Regreso a Ítaca”, quizás por eso en “Cuatro estaciones” nos regalan de vez en cuando unas espectaculares vistas de La Habana desde el cielo, una visión imborrable de las azoteas de La Habana que esconden lo que hay debajo, todo un mundo por descubrir donde cabe todo.
Cada uno de los 4 episodios empieza en la cabecera de créditos con una interesante imagen de un camión inundando de humo blanco y espeso las calles de La Habana y no es otra cosa que la fumigación para aniquilar el mosquito “Aedes aegypti” trasmisor de la peligrosa enfermedad del dengue y quién sabe si no debería fumigar otras cosas.
Centrándonos exclusivamente en lo que la miniserie transmite admitiré que los actores cumplen con creces sus cometidos, que, una vez leídas las novelas, el personaje de Mario Conde no lo podría interpretar otro que no fuera Jorge Perugorría, que los actores secundarios realzan y ayudan a la totalidad de la obra con interpretaciones mucho más que dignas, que cada uno de los 4 episodios son independientes entre sí con el único hilo conductor de los personajes de la policía y la ciudad que los une, que cada uno de los capítulos podría ser una película de las de éxito en cartelera con tramas muy bien expuestas y desarrolladas que mantienen en vilo a los espectadores.
Una sorpresa muy agradable e interesante que nos regala esta miniserie. Desde mi modestisima posición invito a productores y directores a seguir traduciendo a cine las novelas de Leonardo Padura. sea o no sea el personaje de Mario Conde el protagonista.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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