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Grizzly Man (2005)

Grizzly Man
104 min.
7,2
9.458
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Tráiler (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Entre 1990 y 2003, Timothy Treadwell, camarero, actor ocasional y ex-alcohólico, pasó catorce veranos conviviendo con los osos grizzly. Él mismo grabó con su cámara de vídeo sus estancias en Alaska y su obsesiva relación con los plantígrados (unas cien horas). Werner Herzog usó parte de este material. El último verano, uno de los osos atacó a Timothy y a su novia Annie. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Drama Naturaleza Supervivencia Animales Osos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Grizzly Man
Duración
104 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2005: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor documental
2005: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor documental
2005: Nominada a Critics' Choice Awards: Mejor Documental
2005: Asociación de Críticos de Chicago: Mejor Documental
2005: Premios Independent Spirit: Nominado a Mejor documental
"Por encima de las imágenes de este filme inteligente y agudo campa la sospecha: ¿realmente ese tipo era un visionario, o simplemente un orate? Herzog no responde: hace tiempo que el buen cine nos deja solos ante las trampas de lo real."
[Diario El País]
"Retrato de la idiotez. (...) Herzog es un tramposillo, pero es muy bueno. (...) dentro de la gran altura que desprende su trabajo, produce más comicidad que otra cosa dada la peculiar personalidad del protagonista (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)."
[Diario ABC]
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El actor que al final logró su público
Mitómano, narcisista histriónico, Timothy Treadwell, el protagonista del documental, no ama a esos osos, hace como que les ama, ni ama tampoco a esos zorros. Y no se acerca tanto a ellos como parece: por más contacto físico que haya entre él y esos animales, no logra conectar de verdad, los antropomorfiza, los convierte en una caricatura de seres humanos, tal como los niños hacen con las muñecas. El infantilismo del personaje es tal que, conforme avanza el metraje, comprendemos por qué al inicio le llaman retrasado mental. Todo es impostura, el tono de su voz, su pretencioso amor, sus ardientes deseos de “ser alguien”. Los osos son los secundarios en los dos documentales, tanto en el de Herzog como en el de Treadwell. A este último lo mismo le podía haber dado por coleccionar moscas o aprender zulú.

La manera de estar en el mundo de Timothy es artificiosa de cabo a rabo. Incluso cuando se rueda a sí mismo, parece que parodie al típico aventurero de documental. Por supuesto, Amie, su novia, no debe salir, “se supone que estoy solo”; la verdad importa nada, es el imperio de la apariencia, de la imagen, de una vida que se vive “como si”. Que es un mentiroso lo saben los que le conocieron: no nació en Australia, por mucho que practique un forzado y ridículo acento, ni probablemente quedó segundo en un cásting, tal como sospecha su propio padre. Hasta se cambia de apellido porque es más teatral. Es la tragedia del que no sabe ser auténtico, un mal cada vez más extendido en la sociedad, con el agravante que ni un estilo de vida radical y más o menos solitaria logra curar. Se podría decir que más que la novia o los osos, le acompañan las cámaras, una especie de espejo donde este narciso se mira y donde podrá exhibir su imaginada grandiosidad al mundo. Se proyecta claramente cuando llama fracasados a los cuidadores de la reserva.

La película es maravillosa para mostrar esta distorsión. Cuanto más grandioso se ve a sí mismo, más mediocre y vació le percibimos nosotros. Su excepcionalidad no tiene calidad sino cantidad. Es excesivo en todo, histriónico de manual, pero falso: una identidad falsificada, un ego enorme, pura imagen. Esta vacuidad es tan portentosa, la mediocridad del personaje tan apabullante, que es incapaz de observar a los animales con un mínimo de reflexión “científica”. Aunque se crea un experto en osos, en realidad no sabe nada de ellos porque no puede salir de sí mismo ni un solo momento.
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74 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los osos conocen el narcisismo
Magnífico trabajo de Werner Herzog el realizado en este documental, uno de los más completos que he visto, ya que trata diversos temas, siendo el más importante, evidentemente, el análisis psicológico de Timothy Treadwell.
Lo cierto es que tras ver el material grabado por Treadwell da la impresión de que no sabía tanto sobre osos como él mismo se pensaba, ya que suele repetir la misma información continuamente, o bien añade bastante palabrería sin fondo. Eso sí, los osos grizzly eran su vida, no tanto estudiarlos como vivir con ellos, y en ese entorno fue desarrollando un narcisismo increíble, creyéndose el paladín de los osos y el único ser humano sobre la Tierra que realmente los amaba. Al basar toda su vida en eso ocurrió lo esperable: no se sentía capaz de volver a su mundo, de abandonar a los peludos animales. También es probable que la soledad hiciese mella en él, ya que en ocasiones humanizaba a los osos o los zorros, otro gran error por su parte. Todo esto fue una consecuencia de la vida como fracasado que tenía antes, que dejó atrás volcándose totalmente en el mundo de los osos grizzly, articulando toda su vida en ellos abandonando todo lo que pudo a los demás humanos.
El documental tiene un excelente trabajo de montaje entre imágenes grabadas por el propio Treadwell y el nuevo material de Herzog, que se complementan a la perfección.
En definitiva, excelente documental sobre los osos, el fracaso, la estupidez (en ocasiones hacía cosas realmente estúpidas), la pasión, el martirio, el narcisismo y la soledad.
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86 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
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