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Georgina (1967)

Georgina
97 min.
5,9
34
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Sinopsis
Un hombre que ha hecho una gran fortuna siente la necesidad de volver a sus humildes orígenes londinenses para recuperar la felicidad perdida. Para ello, planea perder toda su fortuna mediante una virulenta campaña de desprestigio de sí mismo. Sin embargo, encontrará muchas dificultades paqra lograr lo que se propone. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
I'll Never Forget What's'isname
Duración
97 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
COSTUMBRES
El largometraje es dinámico, casi trepidante, absorbente y dotado de un ritmo que imprime a la historia una viveza extraordinaria.
A la trama le gusta husmear en las costumbres, en los sentimientos íntimos y en los conflictos psicológicos así que serpentea entre ellos para conseguir puntos de vista curiosos e incisivos.
Hace ostentación sin reservas del llamado “humor inglés” que fluye con naturalidad entre escenas retrospectivas que ayudan a componer la línea argumental.
O. Reed lleva con soltura el peso de la filmación y las esporádicas apariciones de O. Welles proporcionan a la pantalla profundidad y contraste.
Gran labor de dirección a cargo de R. Winner.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Mucho mas compleja de lo que pudiera parecer, una visión al cambio de la sociedad en los sesentas
Una simplista traducción del complejo titulo: “I´ll never forget what ´s ´isname” (Algo así como “Nunca olvidaré cuál era su nombre” pero con una ortografía deformada, no confundirla con la película “Georgina, la soltera retozona” también inglesa y de un año antes con James Mason)

Me parece que la película de 1967 dirigida por Michael Winner (“Cita con la muerte”, “Scorpio”) quiere ser una alegoría de la Inglaterra de los 60s y del cambio brutal que llevó del ultra conservadurismo a una desbocada liberalidad, el paso del bombín a la minifalda, del inicio de la píldora, la ropa de colores, la diferenciación entre padres e hijos (por primera vez en la historia), la despenalización de la homosexualidad, la explosión de los alucinógenos (se les llamó drogas pero en realidad hay un mundo de diferencia con los drogas actuales) y lo hace en un film a ratos frenético pero correctamente dirigido y con un guion muy inteligente

La frase: ¿Tienes un Vermeer?...si, es uno de los 32 reconocidos, de ellos 80 están en los Estados Unidos (Orson Wells siempre se interesó por la falsificación en el arte, en 1973 hizo en Francia y España un documental interesantísimo sobre el tema llamado “Fake” o “Fraude” en castellano)

La escena: La escena del hacha es magnífica, mientras desfilan los créditos del inicio Oliver Reed camina con su traje de ejecutivo por el centro de Londres con una enorme hacha a la espalda y uno se pregunta ¿Qué va a hacer con eso?, lo único seguro es que algo va a romper (posiblemente sea a la sociedad)

El momentazo: En la reunión de exalumnos nadie parece conocer el nombre de nadie y hasta el director (Michael Hordern, una leyenda del teatro y del cine, ver Gandhi o Shogun) está en la luna, lo mismo cuando dedica el discurso a su esposa y luego se da cuenta de que ya está muerta que cuando empieza a cantar la canción de la escuela y no es la que cantan los demás.

La actuación: Reed fenómeno en su papel y por supuesto el gran Orson Wells que, como siempre, no necesita muchos minutos ni demasiadas líneas para plantarse con su enorme cuerpo y personalidad y llenar la escena a su alrededor.

El protagonista Quint (Oliver Reed) es peculiar, tiene un trabajo en el que parece ser muy bueno, viste bien, conduce un hermoso Alfa Romeo Giulia descapotable y vive en una utopía sexual donde está casado y hasta tiene a una niña a quien llaman “cosa” (la traducción al castellano quiso suavizarlo y puso cosita pero la palabra en inglés es cosa) y tiene varias amantes, la esposa sabe de ellas y ellas se conocen entre sí pero a nadie parece importarle. Él sin embargo no está contento y quiere dejar tanto trabajo como amantes y en ambos casos se vuelve violento, rudo sin que ello parezca afectar ni a su jefe ni a sus mujeres.
La película es rompedora y si la ubicamos en 1967 resulta revolucionaria pues plantea una situación sexual que ni hoy, 60 años después se ha materializado a ese grado. Para resaltar su carácter de rompedora y de utopía sexual el director hábilmente intercala situaciones absurdas o grotescas como:

1. Un Jonathan Lute (Orson Wells) que desde su terraza en el centro de Londres golpea bolas de golf contra quien le caiga

2. Para resaltar la utopía de Quint vemos que todos los hombres de la película son frustrados, restringidos, distópicos, libidinosos (sus compañeros de escuela que solo desean hacer bulling y que ven con lascivia a Georgina, el escritor de Cambridge que hace lo mismo y que la invita a ver su colección de Nikel-odeon que parecen ser todas de pornografía dura y pura, el socio y viejo amigo que va por la calle devorando con la mirada a las mujeres o hasta el enorme Lute que va a la entrega de los premios con una viejecita pero tiene su departamento secreto con una jovencísima oriental en ropa ligera.

3. La película intercala escenas de Quint en su niñez con las actuales para explicarnos un poco por qué es como es. (el profesor-cura le toca la pierna mientras lo desprecia y el bulling violento está a la orden del día)

4. La película hace un paréntesis en la bonita ciudad de Cambridge, en ella Quint y Georgina por breves momentos disfrutan de la posibilidad de un futuro luminoso entre esos canales y jardines de la universitaria ciudad del Reino Unido.

5. La manufactura del comercial sobre una cámara de película “super8” y el comercial en sí redondean magistralmente la tragedia existencial de Quint, la sociedad y sus absurdos, el destino y mucho más, me gusta mucho esa parte del film.

Para terminar detalles curiosos, normalmente en las películas de conductores se elimina el espejo retrovisor y se pone detrás un fondo que simula el camino, aquí no hicieron eso, Reed efectivamente conduce el Alfa Romeo que lleva el retrovisor más abajo sujeto por un brazo especial; La ropa, todos los hombres visten de negro menos Reed y aquí lo curioso es que tanto Wells como Reed visten en la película como les gustaba en su vida real (Wells con su capa y Reed con esos trajes informales pero elegantes color beige, solo por curiosidad verlo en “10 negritos” de Agatha Christie, versión de 1974 pues hay media docena de versiones)
El final no lo pondré aquí por razones obvias pero se podría definir como una especie de “tragedia surrealista” o “surrealismo trágico”, el lector decidirá si le gustan esas definiciones.
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