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Un juego de inteligencia (2007)

Un juego de inteligencia
119 min.
6,0
1.974
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Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Rainer es un exitoso productor de televisión que lo tiene todo. Ha llegado a la cima creando programas de televisión, cada cual más estúpido y vulgar. Un día, Pegah, una misteriosa joven colisiona intencionadamente con su coche a toda velocidad. Tras estar al borde de la muerte, Rainer se replantea su vida y decide producir un noticiario para el prime-time de su cadena que haga pensar al espectador. Hundido por la poca audiencia del programa, Rainer deja su trabajo y se embarca en una investigación sobre los sistemas de medición de audiencias que mantienen en los primer puesto a estos programas que insultan la inteligencia, aliándose para ello con la bella Pegah y un grupo de parados e inadaptados. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Sátira Televisión
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Free Rainer - Dein Fernseher Lügt (Reclaim Your Brain)
Duración
119 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Alemania-Austria;
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5
Inteligentes preguntas sin respuesta
Interesante reflexión la que nos proponen Weingartner y Held en su 2º trabajo juntos como guionistas. Interesante, que no quiere decir nueva. Reflexión, que por mucho que cueste creerlo (que es mucho), si, intentan hacer pensar al adormecido espectador. Y de hecho lo consiguen con unos 20 primeros minutos sobresalientes.

¿Qué vino antes el huevo o la gallina? ¿Son los espectadores, y sus anestesiadas neuronas, los que nos demuestran día a día gracias a las audiencias sus preferencias por la TV basura?¿O son los medios y la sociedad los interesados en insensibilizar a la población para así poder manejarla con facilidad?

Claro, con un comienzo así, uno se prepara para lo mejor. Incrédulos mortales... Y es cuando llega lo peor. Pues el resto de la película se la pasan simplemente respondiéndonos a algo que sabemos incluso antes de que se inventara la TV. Los seres humanos somos seres de costumbres. Oh! Creerán haber sorprendido al mismo Sócrates! Por Dios, ¿tanta parafernalia para no saber responder a las preguntas que tú mismo planteas de forma brillante en el comienzo? Si no sabes las respuestas, no hagas preguntas. Porque eso de que los seres humanos somos seres de costumbres, yo creo que es de las primeras frases que escucha uno en la cuna, para luego convertirse en la 1ª que quieres soltar un día de pronto ( venga a cuento o no) simplemente por saber lo que se siente al decirla.

Así que gracias por hacerme pensar y no responderme, pues estoy igual que al comienzo de ver la película. Y no, aquí lo que cuenta no es la intención. Pues ni las preguntas ni las respuestas son nuevas. Cuéntame algo que no sepa...O si no, cámbiale el titulo por lo menos.
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86 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Intento fallido (pero buen intento)
Que los políticos nos quieren tontos porque así somos más manejables y esto les ayuda a perpetuarse en el poder, es un hecho desde que el primer mono aprendió a meter miedo al resto de la tribu.

Que los mercaderes nos quieren tontos porque así nos pueden robar el poco dinero que ganamos como los esclavos “liberados” que somos, es otro hecho.

Que la televisión (entre otros medios) está al servicio del poder y del dinero, es obvio.

Pero es que la televisión es mucho más que un medio; es el túnel por el que pueden llegar con pasmosa facilidad hasta tu cerebro y mearse en él. O convertirlo en picadillo.

Sin embargo, no sé qué les pasa, que todavía no lo han conseguido del todo. Con lo fácil que es. En su momento ya nos lo dijeron Huxley, Orwell, Bradbury… y supongo que algunos más, pero no soy tan gafapastoso como para conocerlos a todos. Además, no uso gafas.

La idea de Weingartner y Held no es, por tanto, nueva. Pero sí positiva (nunca está de más insistir en ella), porque puede hacer pensar, función que muchos (cada vez más) tienen olvidada.

Por eso hay que contarla gritando, armando bulla para despertar al personal.

Y Weingartner empieza así, mostrándonos unos excelentes y rabiosos 5 ó 10 minutos iniciales.

Después (se conoce que se ha cansado), va perdiendo fuerza gradualmente para hablarnos en clave de comedia dramática (más comedia que drama) y acabar contándonos un puro e inmaculado sueño, propio de adolescente idealista.

Sí, Hans, a mí también me gustaría que la gente paseara tranquila por los parques con un libro bajo el brazo. Yo, además, le pondría visillos al televisor.

En resumen: la película se deja ver.

Un apunte: cuando entré en la sala, estaba solo. Más tarde, entró una pareja. No vino nadie más. Mientras tanto, las salas contiguas estaban a tope. Y es que los mamporros gratuítos, las comedietas de vestiditos rosa y los vampiros de 16 años en 3D tienen mucho tirón.
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39 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
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