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Un mayordomo aristócrata (1957)

Un mayordomo aristócrata
92 min.
6,0
147
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Sinopsis
Irene Bullock (June Allyson) necesita un nuevo mayordomo, y su hija Irene encuentra a un camarero en el puerto llamado Godfrey Godfrey (David Niven). Empieza a trabajar al servicio de la excéntrica familia Bullock, resultando un hombre tan eficiente como elegante, pero muy reservado para hablar de sí mismo. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Comedia screwball Comedia sofisticada
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
My Man Godfrey
Duración
92 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Eric Hatch
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Premios
1957: Globos de Oro: Nominada Mejor actor musical/comedia (David Niven)
8
Godfrey G. Godfrey
La comedia sofisticada se desarrolla en ambientes refinados donde se pone en relación a personajes aristocráticos a través de diálogos con réplicas brillantes, se basa en situaciones equívocas y confusiones de todo tipo y propicia la evasión, aunque contiene elementos dramáticos, y, en el fondo, una crítica más o menos hiriente o amable hacia las convenciones sociales y la hipocresía.

Esta definición viene como anillo al dedo a esta película, un claro exponente de ese subgénero de comedia o género, si tenemos en cuenta a la comedia cómo la categoría que es.

Es un retrato de una época y una sociedad muy determinadas, situada principalmente a finales de los años 30, los 40s y principios de los 50s en Estados Unidos.

No es un título demasiado conocido, pero contiene muchas virtudes, a un carismático y elegante David Niven, unos diálogos ingeniosos y divertidos, en especial en el papel de la madre, y ofrece una gran vía de escape con calidad.
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8
Una familia, un perro y un mayordomo como caído del cielo
Una familia es una conjunción de seres que, invariablemente, se necesitan unos a otros para poder avanzar en aquellos aspectos de la personalidad de cada uno adonde no ha llegado la luz. Cada ser humano tiene su lado de sombra y su tarea, en cada existencia, es procurar que esta sombra se ilumine mediante el ejercicio de los grandes valores que vienen con nuestra esencia, y que requieren de la conciencia y la voluntad, para poder fluir a diario. Pero, decirlo es mucho más fácil que hacerlo porque, de la misma manera que tenemos valiosos potenciales, también cargamos con tendencias empobrecedoras y destructivas que no es tarea fácil vencerlas.

Así es este difícil juego de la vida donde hay gente seriamente comprometida con su evolución personal, pero, la gran mayoría, no sobrepasa sus requerimientos primarios, y en vez de aminorar su polo de sombra, lo expande débilmente cada día. Pero la vida es perfecta, acciones producen reacciones, y al final, cada quien recoge exactamente las justas consecuencias de sus pensamientos, palabras y acciones.

La familia Bullock, como tantas otras, tiene sus puntos a favor: Una linda casa; una mamá comprometida con la labor social en beneficio de chicas descarriadas; un papá paciente al que, hasta ahora, le va bien en los negocios; dos hijas muy atractivas; una doncella prudente y analítica; y un joven apadrinado que, a la señora Angélica, la hace sentir que cumple con su tarea humanitaria.

Pero los Bullock también tienen sus nubecillas: Irene y su hermana Cordelia viven en una rivalidad permanente; el apadrinado, Vincent, es un tragón cómodo que, cuando canta, el “bravísimo” perro que Irene compró para que la protegiera de su mañosa hermanita, le hace un perfecto dúo; y el papá siente que “una hora fuera de casa es una hora más de vida”. Pero, por suerte para ellos, ha llegado Godfrey el nuevo mayordomo, y así comienza una singular revolución familiar que traerá diversión, serios cuestionamientos, personajes encantadores... y un estupendo ambiente de screwball comedy que no deja frío a nadie.

Con un guion escrito por William Bowers y Peter Berneis, quienes partieron de la novela, “1101 Park Avenue” de Eric Hatch, y dirigida, con mucho tino, por Henry Koster, <<UN MAYORDOMO EN APUROS>>, consigue una acertada puesta al día de aquel notable clásico titulado, “My Man Godfrey” (Gregory La Cava, 1936), modificando detalles muy precisos y añadiendo unas cuantas cosas con evidente buen gusto. El perro, por ejemplo, fue una agradable inclusión. El cambio de Tommy por Francesca permite acceder a una mujer encantadora (Eva Gabor) que demuestra que, a Godfrey, no le iba tan mal en la vida. En los diálogos se agregan apuntes muy jocosos y bien afilados... y en las actuaciones, David Niven no tiene que esforzarse para resultar elegante; June Allyson luce encantadoramente loca y divertida; y Martha Hyer vuelve a llenar la escena con su exquisita belleza.

Título para Latinoamérica: <<EL INCOMPARABLE GODFREY>>
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