En sociedad (1944)

Chaplin fue el maestro de la comedia amarga, historias trágicas narradas entre gags y un exquisito humor físico. A él le siguieron varios nombres, cómicos formados en los escenarios que saltaban a la Gran Pantalla cuando recaudaban el éxito suficiente. Entre nombres como el de Chaplin o Fatty Arbuckle surgió una pareja descacharrante formada por un gordo y un flaco a los que hoy todos ponemos nombre. Bien, en la estela de esta última pareja de cómicos, pero ya en la década de los cuarenta, surgió la de Abbott y Costello, un boom del momento del que yo solo tenía referencia por algunos de los ingeniosos diálogos de Woody Allen. Siendo así me dispuse a descubrir esta pequeña película que, sin salirse de la comedia física, decide hacer una parodia de las comedias sofisticadas y las screwball comedies que triunfaron en la década anterior. Teniendo como telón de fondo estas situaciones de enredo, alta sociedad y amores imposibles, Abbott y Costello entran en ese mundo avasallándolo, llenándolo de chistes de manual (atentos al excelente sketch con los sombreros de paja) y de un estupendo despliegue del slapstick más convencional y eficaz. No defrauda en ningún momento e incluso me saca grandes carcajadas, especialmente con el grito casi neanderthal que Costello utiliza para salir de las situaciones más complicadas.

En definitiva, una comedia fácil (de reír, no de hacer), eficaz y muy de la época, con chicas guapas, situaciones enrevesadas, gags físicos e incluso con momento de canción románticas. Un final precipitado y escenas algo anticuadas vistas a día de hoy, pero la magia es que el humor sigue intacto. En este caso, el gran aliciente es que se ríe de esas "comedias ingeniosas" con diálogos brillantes, para convertirlas en una obra de humor simple que conserva la estructura de las anteriores. Cuanto menos disfrutable para una tarde tonta.