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Stray Dogs (2013)

Stray Dogs
138 min.
6,1
484
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Disponible en:
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Trailer (SIN DIÁLOGOS)
Sinopsis
Relata la vida marginal de un hombre y sus dos hijos en la Taipei moderna. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Pobreza
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Taiwán Taiwán
Título original:
Jiao you (Stray Dogs)
Duración
138 min.
Guion
Fotografía
Compañías
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Premios
2013: Festival de Venecia: Gran Premio del Jurado
2013: Festival de Sevilla: Mejor director
8
STRAY DOGS: dolorosa y detenida mirada
Que no os confunda el título, porque estos perros errantes en realidad no van a ningún lado sino que se encuentran suspendidos en el tiempo y alienados en el espacio urbano de Taipei por el que vagabundean. Así es como Tsai MIng - liang nos presenta a la familia desestructurada de este desolador drama y sobrecogedor relato cinematográfico. Si en mi anterior crítica sobre el Festival de Cine Europeo de Sevilla reprochaba a Grand Central no aportar nada nuevo en su estilo Dardenne, Stray dogs, último trabajo del director de cine malayo, es, por el contrario, lo opuesto a todo el cine convencional occidental al que estamos acostumbrados.

No habiendo visto nunca antes nada de Tsai MIng-Liang, no tenía ni idea de a lo que me enfrentaba más allá de un cierto ritmo oriental - lento - que presuponía tomaría la narración. Así, carente de música extradiegética, repleta de largos planos secuencia - denominados así porque no existe ningún corte de montaje, pero no porque ocurran demasiadas cosas dentro del cuadro - y con una estética poco realista en algunas partes como la desarrollada en el hogar de la familia antes de que la madre lo abandonase - la ambientación tan terrorífica de la casa, repleta de grietas en las paredes, es motivo de una de las escenas más trágicas del filme, en la que la madre le explica a su hija por qué los surcos de las paredes son como lágrimas - Stray dogs ha sido presentada por la crítica como el filme más logrado de Ming-liang, así como el que presenta todos los rasgos característicos de su cine.

A este desconcierto provocado en el espectador por los saltos temporales y espaciales sin contextualización alguna hay que añadir la aflicción causada por la demoledora interpretación de Lee Kang-sheen y la tristeza casi delirante que irradia en el papel de padre. A él es a quien vemos desmoronarse moralmente, en una revisión terriblemente emotiva del cantando bajo la lluvia; comer como un autómata de mirada perdida durante el descanso del trabajo o devorar histéricamente una col tras haberla intentado asfixiar, quizá pensando que era su mujer. Y en contraposición al padre, MIng-liang nos ofrece imágenes de esos hijos que deambulan solos por los supermercados o por los desérticos paisajes - que salpican el metraje sin que sepamos situarlos antes o después en la historia, pero dando de algún modo respiro a esta tragedia - entre juegos y risas, incluso dentro de esa terrorífica casa en la que son capaces de conciliar el sueño. De hecho, es probable que las únicas voces que el espectador recuerde al salir de la sala sean las de los pequeños ya que sin lugar a dudas son ellos los únicos retazos de esperanza y de acción que quedan en esta cinta.

Y es que si hay un mensaje que MIng-liang parece querer transmitir es que el retorno del hombre a la naturaleza es la única escapatoria - al menos así parece poder interpretarse de esa pintura bucólica a la que los protagonistas se quedan mirando en la escena final del filme- de ese mundo capitalista que queda tan bien reflejado por esos "hombres anuncio" soportando las envestidas del viento. La autenticidad del filme radica en que, a diferencia de lo que hubiese hecho Malick por ejemplo, Ming-liang sitúa la cámara quieta delante de instantes de desesperación, dando como resultado una mirada dolorosa, exasperantemente detenida que arrincona a los personajes en medio de la ciudad contra el asfalto y el tráfico o les observa dentro de esa casa que se cierne sobre ellos como un fatal destino, antes de dejarlos respirar en esos rincones naturales, casi divinos que tanto gustan al texano. Eso sí, la cámara de Ming-liang se mantiene tan lejana la mayor parte del tiempo que sabemos que los personajes sufren, pero a veces ni siquiera sabremos quiénes son, como ocurre especialmente con los tres personajes femeninos. De hecho, no es baladí que el director haya dicho que las tres mujeres podrían tratarse de un único personaje. En realidad, no es de extrañar, porque ni siquiera sabremos cómo acaba esta historia, aunque bien pensado, tampoco supimos en ningún momento cómo y dónde empezaba. De lo único que podemos estar seguros cuando salimos de la sala es que la crudeza de la historia ha hecho mella en la crudeza fílmica con la que está planteado el filme. Que podamos aguantarlo o no es ya otra cuestión ajena a dicho planteamiento.

Paloma González para Crazyminds.com
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16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La última de Tsai Ming-Liang
Como sucede siempre con este tipo de cine, llamémoslo experimental, el director malayo divide a la crítica y genera opiniones encendidas en ambos sentidos. Los hay, y muchos, que lo desprecian hasta el paroxismo, y así lo expresan abiertamente, sin ningún tipo de miramientos. Muchos consideran que Tsai Ming-Liang, no hace otra cosa que tomar el pelo a los espectadores, que se parte de risa imaginándose al público sufriendo, retorciéndose en sus butacas… (¡Lo he leído! ¡como si no tuviera otra cosa que hacer el hombre!, pienso yo) Luego esta el otro sector, sucumbido a su arte, que lo adora hasta el divinismo, el que no dudaría en abrir un Crowdfunding para crear un busto, cual Buda calvo y gigantesco, con santuario de peregrinación incluido. Según reza en IMDB, el director ha conseguido la mareante cifra de 48 premios y 40 nominaciones, en festivales de todo el planeta, incluidos Berlín, Cannes, Tokio y Venecia.

Para lo que nunca tuvisteis la oportunidad de ver una película de Tsai Ming-Liang, me atrevo a recomendados que deis el salto al precipicio. Stray Dogs es una buena oportunidad de ponerte a prueba. Eso sí, asumir que sois conscientes del riesgo y que acudís al cine sin presión alguna y bajo vuestra propia responsabilidad. Os pueden ocurrir solamente dos cosas: caer lastimosamente en el profundo vacío, o, quedar suspendidos, ingrávidos en una especie de limbo celestial. No hay medias tintas, el cine de este director asiático no produce indiferencia, eso os lo puedo asegurar.

La aventura merece la pena. Recuerda que en temas de gustos no existe opinión más valida que la propia. Olvídate de los convencionalismos, de los clichés cinematográficos, del tiempo (no olvides dejar tu reloj en casa). Olvídate del montaje, de la narración lineal, de los argumentos… olvídate de todo el cine que hayas visto en tu vida. Imagina que acudes por primera vez a descubrir la magia de un novedoso invento, que ha llegado en un carromato a tu ciudad, y que dicen proyecta imágenes reales sobre una pantalla blanca.

Leer crítica completa en:
http://elcinepormontera.com/stray-dogs-taiwan-2013-tsai-ming-liang/
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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