Un semental en Frogtown (El Infierno vuelve a Frogtown) (1988)

Divertida rareza de serie b tirando a z, de los tiempos gloriosos del vhs. Tenemos de todo, mezcla de cine apocalíptico, ranas y sapos gigantes mutados que dominan el mundo y un Roddy Piper dispuesto a combatirlos junto a unas pocas supervivientes a las que están a su merced. Todo en el film es muy pobre: guión, nivel técnico, decorados, actuaciones, alguna falta de ritmo, pero los maquillajes son buenos dentro de lo que cabe y de vez en cuando se hecha de menos algo así de "friki"y "peculiar", para darle un vistazo.

Broma cinematográfica, completamente desenfadada y sin miedo al ridículo. Conceptos que hoy en día, con la censura puritana progre que domina al cine, serían imposibles de ver. Un hombre muy masculino y viril, ¡blanco! como semental para salvar a la especie humana tras el apocalipsis nuclear. Para ello deberá rescatar a varias chicas con capacidad de procrear, de las garras de sapos mutantes y muy lúbricos, que viven en su propia ciudad, Frogtown. Y todas ellas blancas, la mayoría rubias. Y todas ellas babean ante un macho-macho como es Roddy Piper, de esos que usan Old Spice. Supongo que los enfermos adoctrinadores que nos condicionan lo que debemos ver y lo que no, se arrancarían los ojos ante tamaña osadía. No hay en el reparto ni un afroamericano ni ningún personaje gay ¡herejía! ¡No hay diversidad ni representación! ¡Tampoco hay calvos! Una película completamente incorrecta para nuestros tiempos. Y por eso vale la pena verla.

Postapocalipsis más propio de teleseries como "La fuga de Logan" o de películas como Cherry 2000, la saga de Mad Max o "Sueños radiactivos" de Albert Pyun. Una sociedad de tebeo, con chicas voluptuosas con ganas de sexo y con ropa interior de fantasía, personajes viciosos como los sapos mutantes, dotados de lo que llaman "las tres serpientes". El sexo flota en la película, aunque un sexo más propio del mundo de la adolescencia, tonto y risueño, con algún top-less, intrascendente, insinuante, gamberro. Pocos medios en un filme con secuencias que nos recordarán al tercer Mad Max y curiosamente, conceptos que parece retomar George Miller para su "Mad Max: Fury Road" como es que un sapo mutante que nos recordará a Immortan Joe, tiene un harén de mujeres hermosas que escaparán en un vehículo, siendo perseguidas por el sapo y sus acólitos en otro vehículo dotado de un cañón.

Además de Roddy Piper, tendremos a Sandahl Bergman, la Valeria del Conan de Milius, actriz y bailarina. por ello nos ofrecerá algunas coreografías algo salchicheras. Pero moverse, sabe moverse, con gracia y salero, aunque sea con un negligé frente a un gordo sapo vicioso. Y su papel es de una mujer empoderada, al igual que su fémina guardaespaldas. Un mundo, por otro lado, nada patriarcal, que parece molestarle a William Smith, en el papel de policía chapado a la antigua. Buenos maquillajes, en especial el de los sapos mutantes, aunque escasos medios en todo lo demás. En ocasiones la ambientación parece e filme italiano postapocalíptico. Exteriores rodados en Vasquez Rocks, un clásico en este género, donde el Gorn se enfrentó a Kirk en la serie de Star Trek.

Película ochentera, no muy buena, pero entrañable por su ingenuidad. ¿Guión? ¡Quién lo necesita!