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Solo el viento (2012)

Solo el viento
98 min.
5,6
380
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
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Sinopsis
En una granja remota vive una familia húngara de etnia gitana: la madre, que trabaja como empleada doméstica, los hijos, Anna, una adolescente escolarizada, y Rio, y un abuelo, incapacitado tras un ataque cerebral. Estamos en verano y, desde hace varios meses, una banda racista se dedica a atacar a las familias gitanas y a quemar sus casas. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Basado en hechos reales Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Hungría Hungría
Título original:
Csak a szél
Duración
98 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Hungría-Alemania-Francia;
Links
Premios
2012: Festival de Berlín: Oso de Plata - Gran Premio del Jurado
7
Hungría, año cero
Situados en medio de una zona rural cargada de vegetación, los protagonistas actúan como símbolos andantes. El bosque, siempre como elemento universal y espacio de naturaleza humana, actúa de hogar para la familia pero también es donde nacen todos los miedos. Ir a dormir se presenta como una amenaza. Pero vamos por el principio, cuando sale el sol.

Con gusto por el detalle y con carácter sigiloso, se nos va presentando el amanecer de la familia, uno a uno, en su cotidianidad miserable. Una madre pluriempleada, una abuelo enfermo mental en el sofá, una hija responsable y fantasmal y, por último, un hijo algo gamberro. Cada uno, a su manera afrontan el día de la mejor manera posible. La madre intenta olvidar y pasar página, la niña se refugia en el colegio e intenta buscar información vía internet de lo ocurrido, y el niño, sin ir a clase mata el tiempo deambulando de un sitio a otro, recordando los paseos de ese Edmund de “Alemania, año cero” (Rossellini, 1948). Pero por mas que intenten conseguir un estado relajado, la tensión existe y por partida doble. Por una parte, en la esfera privada, es obvia la sensación de ser los protagonistas de una caza, de una persecución, de ser blanco perfecto, de acecho invisible constante. Y por otra parte, en la esfera pública, las escenas de rechazo social son varias. Es decir, la tensión latente en todo momento por evitar ataque ajeno suma con la tensión racial que existe en Hungría de forma creciente.

Son pocos los trabajos que se atrevan con la polémica racial gitana, con un enfoque sin estereotipos y sin duendes. Más allá de los retratos de brocha gorda de reportajes callejeros y del algún que otro documental, de vez en cuanto, se nos presentan proyectos donde las comunidades gitanas simplemente están y viven como buenamente pueden. El retrato húngaro que se nos presenta no pretende ennoblecer a la etnia gitana y está muy lejos de sentimentalismos. Con perfecto temple se nos afirma, simple y llanamente, que son humanos. Nada más. Los recursos del director para apartarse de clichés del folklore gitano son varios y se agradecen. Cierto contrapunto en sus actos (vamos, que no son santos) ayudan a tomar distancia y juzgar los hechos más fríamente.

Fliegauf usa el fuera de campo para mantener al margen los elementos más significativos o las escenas más indigeribles, dando así al espectador, ese espacio para la imaginación. Con este modus operandi baña la cinta de un tono serio, frio y respetuoso. Cosa que gusta mucho a los jurados y muy poco al público perezoso. Vamos, que prefiere filmar manos, brazos, pies y espaldas andantes antes que rostros pensativos, contentos o lacrimosos. Bien por él, mal para el actor que se quiera lucir.

Esta ausencia de recursos compasivos y de tinte carroñero delata compromiso y seriedad con el proyecto y hace que la cinta esté libre de cualquier emoción. Pero no significa que el golpe no sea duro. Tras un bofetón lo primero siempre son las estrellas. Así pues, tras 90 minutos, nos encontramos en ese estado de desubicación, momento de incomprensión, de sorpresa total ante la realidad, ese zum-zum en la mejilla, esa pausa temporal en medio del tic-tac, donde uno no sabe que pensar. Pues bien, Solo el viento pega y fuerte.

Al final te ves preguntándote con cierto aire de Dylan ¿Cuántos gitanos tienen que morir antes de que sean vistos como personas? Y ya lo sabemos, esto, amigos míos, sólo lo sabe...
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Sólo el viento
Película húngara que nos cuenta el día a día de una familia gitana, trabajadora, que intenta sobrevivir y que se ve amenazada constantemente en su pesada, e incluso insoportable, vida; representación de unos incidentes reales ocurridos en el pasado y que muestran, de forma muy serena y apacible la omisión de una severa violencia, que exhiben un silencio cruel y mordaz, un consentimiento obligado, un mirar a otro lado hasta el momento en que te toque a ti. Hechos muy profundos, impactantes, con la cámara bien dirigida al personaje, enfocando su rostro y sufrimiento sin apenas palabras, con un contexto muy bien ambientado, una documentación histórica que se palpa ciegamente pero..., con una narración que no logra implicarte, que no logra atrapar al espectador ni decirle mucho; ves los hechos, el dolor y su inacabada pesadez diaria pero no consigue emocionarte como debería, incluso llega a aburrirte; cosa que debería ser inexplicable porque, sin duda alguna, es un buen material, unos impresionantes hechos que, a mínimo que se cuide el guión y la elaboración, deberían crear en el espectador una gran huella. Ahí es donde falla!!! No produce el impacto que debería, sólo se queda en una narración, documental de una vida difícil y llena de baches. Lástima!!!
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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