Visionarios (2001)

Manuel Gutierrez Aragón, buen retratista del mundo rural español, consigue una película interesante, mezcla de romance y thriller religioso, con Visionarios, la historia real de la llamada Virgen de Ezquioga.
La película es correcta, sin más. Tampoco es una obra maestra ni pretende serlo, pero permite ser disfrutada debido a la historia, poco conocida incluso entre los espectadores patrios, y por supuesto por su excelente reparto, en el que se incluyen Fernando Fernán-Gómez, Karra Elejalde, Aitor Mazo, Luis Tosar, Emma Suárez y, por supuesto, la pareja que forman un Eduardo Noriega entonces en su mejor momento y una Ingrid Rubio que también disfrutaba de bastante popularidad.
Correcta e interesante.

Es extraño que esta película, una de las últimas de Gutiérrez Aragón, no tenga aquí ninguna crítica. Por los votos se ve que ha tenido desde un 10 hasta un 1, cosa que siempre me inquieta.
Para empezar, visualmente está muy bien, como la ambientación.
Después, hay bastante linealidad en el guión, cosa no muy corriente en otras películas de este director.
A la media hora se le empieza a ver el plumero a G.A. Los “fanáticos creyentes” matan al maestro porque por imperativo legal tiene que retirar los símbolos religiosos de la escuela. Estamos en mayo de 1936.
En el pueblo una niña y un adolescente han visto a la Virgen. G.A no ofrece imágenes de la Virgen, sino de los videntes y las videntes (porque se van sumando otras) presentándolos como visionarios, alucinados, enfermos mentales, en algunos casos con un punto de orgasmo.... Como dice el maestro “el que quiere ver a la Virgen termina viéndola”. La “derecha” aprovecha que mucha gente cree en esas (falsas) apariciones para ir contra la República.
En resumen, esos visionarios que anuncian una gran confrontación y luego la victoria de “los católicos” serían la raíz del...franquismo.
Los actores y actrices (Noriega, I. Rubio, Elejalde,E. Suárez...) bien todos, en especial Ingrid.
Es un, por otro lado, el que pone las cosas en su sitio. Y una breve aparición de Fernán Gómez, ya viejo-
Cuando falta más o menos media ahora, la película decae. Se aproxima lo más difícil siempre: un desenlace creíble.
Me paro aquí pero no sin decir que el desenlace no está a la altura y que al guionista se le va la mano.