La ciudad sumergida (1965)

El pollo es la verdadera estrella de la película (lo siento por Vincent Price) pero, dada su condición de ave agrícola, nadie ha tenido a bien reconocérselo, y ni siquiera le han puesto en los créditos. ¡Panda de ingratos!

Bueno, que lo sepáis. El que vea esta película se va a encontrar con un despliegue cómico del pollo que no tiene parangón. Que nadie se lo pierda.

Pollos aparte, los minutos iniciales de la peli son magníficos, propios de Tourneur que, como tenía por costumbre, juega a la perfección con la cámara, las luces y las sombras, pero se pasa por el forro el argumento, que lo mismo le da. Aquí se han inspirado en un poema de Poe, que es capaz de inspirar lo mejor y lo peor, visto el resultado.

En tierra, la película está muy bien… pero cuando los protagonistas se zambullen en la ciudad sumergida, la película hace aguas.

Por cierto, una curiosidad… Cierta secuencia me ha recordado muchísimo a otra cierta secuencia de Indiana Jones y el templo maldito. Así que, ya tenéis dos motivos para ver la peli:
1-Descubrir qué secuencia es esa.
2-Disfrutar de Herbert, el pollo.

Siempre es buena idea echar un vistazo atrás, y mejores motivos no podría tener si en este caso contamos con nombres propios como Jacques Tourneur y el gran Vincent Price. En "La ciudad sumergida", la última película del director, traza una historia que en su inicio es de lo más interesante, con una ambientación dignísima y tantas cosas por descubrir que en principio poco más podía pedir. Y lo cierto es que va tan exageradamente de más a menos que por poco no acaba siendo todo un descalabro absoluto. A su inicio le sigue un desarrollo muy tosco a veces y a menudo con contenidos lamentablemente ridículos. Porque lo del pollo en la cesta del secundario gordito no tiene nombre y por mucha presencia que demuestre Vincent Price, haber presenciado su confesión acerca de que lee libros de geología y no se entera de nada, pues sencillamente no creo que haya sido muy buena idea. Todo lo demás, todo lo siguiente, salir de ese laberinto sumergido con una inolvidable (por bochornosa) persecución submarina, me sirven de razones para justificar mi nota.

¿Lo he pasado bien?, la verdad es que ni la acción ni su humor son del todo acertados, así que con esta historia bajo el mar, floja y con excesivas incoherencias, he disfrutado a medias al principio y ha dejado de interesarme en adelante. Si no fuera por Price la dejo en una estrellita, eso desde luego.