La mosca (C) (1980)

Nos encontramos ante de una de los mejores cortos de animación de las décadas de los 70 y 80. No sólo es que la técnica sea fluida y el montaje haya sido ejemplarmente ejecutado, sino que además contiene un contenido aún más profundo. El insecto en la literatura del siglo XX ha devenido en símbolo de la naturaleza humana: desde Kafka, pasando por el poema de Dámaso Alonso, la mosca ha venido a representar la presencia incómoda o ese incómodo existir sartreano. O por decirlo más llanamente: y si nosotros, los altaneros humanos, no fuéramos sino moscas que se regodean en su porquería y su incongrtuente existir.
El recorrido que hace el corto en tres minutos pasa del ámbito de lo natural, al de lo doméstico y de éste al metafóricamente disecado. Lamentablemente esa es la misma evolución que parece correr la humanidad.

A estas alturas lo que más me gusta de un corto de animación es su originalidad o el descubrimiento de nuevos caminos dentro de este género.
Un corto de casi tres minutos es realmente corto pero cada segundo, ya que no podemos decir minuto, está lleno de un trabajo sin igual, un espectacular trabajo que salta a la vista, el trabajo de animación sobre la vida de esta mosca es impresionante.
El corto es un increíble trabajo, se puede ver en cada escena que pasa a la velocidad del rayo pues lo que pretende mostrarnos es la visión del mundo de una mosca y a la velocidad que lo percibe, por unos momentos nos sentimos como moscas.
Una gran labor, algo sin igual que antes no había visto por eso es de admirar, sin duda, un paso hacia adelante en esta técnica.