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Ánimo, hombre (1931)

Ánimo, hombre
29 min.
6,6
92
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Sinopsis
Primera película disponible de Mikio Naruse, "Ánimo, hombre" es un trabajo poco común en el director, ya que no se centra en personajes femeninos. Se trata de un encantador y fresco cortometraje sobre un vendedor de seguros empobrecido y su hijo, cuyas peleas con los otros niños de su pueblo ponen en peligro los medios de vida de su padre. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Comedia dramática Cine mudo Mediometraje
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Koshiben ganbare
Duración
29 min.
Guion
Fotografía
Compañías
7
El rey de los alisos
Shiro Kido es uno de esos productores a la americana, imponente y enérgico; aterrizó en la Shochiku en 1924 y trabajó con algunos de los más grandes directores japoneses. Se le considera una figura controvertida y contrastada. Cuenta la leyenda que Mikio Naruse nunca fue santo de su devoción; de él llegó a decir que el estudio no necesitaba un segundo Ozu –una copia menor, ha de entenderse–. Por lo demás, le consideraba un director monótono, falto de contrastes y excesivamente pesimista.

Al parecer sólo ‘¡Ánimo, hombre!’ suscitó su admiración.

En su visión del cine debía primar el optimismo, la alternancia de penas y alegrías, el respeto por la autoridad y el orden y, por qué no, la apertura a los procedimientos formales de ultramar.

Mikio Naruse trabajó quince años para la Shochiku. Realizó para ellos una veintena larga de películas. Más adelante se fue a la P.C.L. (Photo Chemical Laboratory), antecesora de la Toho. Es posible que la marcha de Naruse se debiera a su falta de empatía con los planteamientos de su jefe, también es plausible una razón más simple: quería hacer sonoro y, en aquella época, la P.C.L. se fundó para especializarse en ese tipo de tecnología.

Sospecha Jean Narboni, en su monografía sobre el director para Cahiers du Cinéma, que en ‘¡Ánimo, hombre!’ hay un conflicto entre Naruse y su patrón. Me complace pensar que está en lo cierto; el cotilleo puede añadir sal al caldo creativo.

Estamos ante un corto tragicómico que recuerda, en su temática, a la posterior ‘He nacido, pero...’, de Yasujiro Ozu. El padre, Okabe, un muy modesto agente de seguros, ha de humillarse para subsistir.

Sin embargo, pese a las dentelladas de humor, el tono de Naruse es más oscuro.

En la zona ‘spoiler’ quisiera analizar por qué, desde mi punto de vista, el director se lleva el gato al agua frente al productor.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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