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La becerrada (1963)

La becerrada
96 min.
5,0
208
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Sinopsis
San Ginés de la Sierra, un pueblecito perdido entre las montañas, cerca de Despeñaperros, es famoso por su persistente sequía y por un asilo llamado "El hogar del vencido", donde residen veinte ancianos al cuidado de unas monjas. Para resolver los apuros económicos del centro, se decide organizar una becerrada benéfica, y el alcalde les cede la plaza de toros. Sólo les faltan los toros y los toreros. Juncalito, un experto en el mundo taurino y tres monjas emprenden un viaje para conseguir lo que necesitan. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Toros
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
La becerrada
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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7
HISPANIA ÁNIMA CÓMICA
Gran sentido del humor el desplegado por el maestro J.M.Forqué en esta auténtica becerrada del cine español. Un clásico repleto de estampas precisas de un tiempo y unos seres que ya, solo habitan en la memoria. El fenómeno de la escena; Don Fernándo Fernán Gómez capitanea esta cándida y disparatada comedia nutrida de actores queridos.
Antes de ayer del cine y el teatro Ibérico.
Un respeto a nuestros queridos cómicos, que la nota es muy baja y demuestra .............
Cincuenta años solares despues....;
Las barreras del tiempo.

Algo más que interesante.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Juncal y sus influencias
La becerrada (1963) es una película de José María Forqué, la fotografía de Alejandro Ulloa y la música de Graciano Tarragó que junto la producción de Nazario Belmar, arroja un resultado sorprendente donde la narración, los diálogos, las equilibradas interpretaciones y el magnífico mensaje social de este gran metraje, invita a un nuevo visionado sin prejuicios. Se trata de un trabajo de los de hilar fino, donde Forqué lo supo convertir desde su creativa dirección, en una joya cinematográfica. Estos son algunos de los personajes y sus historias según el acertado guión de Jaime de Armiñan, José María Forqué y Ricardo Muñoz Suay.

El contrapicado de un ángel alado envuelto en oportuna bruma mañanera, es una hermosa escultura de la imaginería que forma parte de las pertenencias del anticuario Chamorro (Ángel Álvarez) que conduce su ruidoso motocarro por parajes de secano y pedregosas cuestas abriéndose camino hacia El hogar del vencido, cargado con algunas antigüedades dispuesto a negociar unas ventas con las hermanitas del asilo. Juan (Jacinto Martín) el cartero, le indica el camino acompañándole en el Motocarro; la sobria frescura de la guitarra acompaña las primeras secuencias, música perfecta para los entornos que se van mostrando.

En El hogar del vencido, dirigido por la Madre Superiora (Ana María Noé), reciben la peor noticia del obispado, sus fondos se han agotado, les recomienda los consigan por sus propios medios. Durante un frugal almuerzo se plantean diferentes propuestas: novenas a San Ginés, un partido de futbol, una corrida de toros benéfica aprovechando la plaza de San Ginés de la Sierra creyendo que una fiesta taurina es lo más viable. El Alcalde (Juan León Córdoba) lo aprueba, pero antes hay que ponerlo en conocimiento de Don Heliodoro (José María Rodero) arrendatario de la plaza, Concejal de Festejos y Deportes y legítimo heredero del coso por parte de su tía abuela Doña Elvira sutilmente retratada en un excelente óleo, contando además con Chus (María Jesús Lampreave) la hermana pequeña del heredero, siempre acompañada por Popea, su perrita.

Mientras se discute el modo de celebrar la fiesta taurina, entre los ancianitos del asilo cunde el optimismo moderado (algo han oído) creen que la cosa puede mejorar. Entre ellos hablan de lo suyo mientras Cristóbal (Nicolás Perchicot) procura esconder el tabaco que le ha hecho llegar el cartero no sea que sus amigos gorrones empiecen a pedirle; Gutiérrez (Antonio Gandía) es el conocedor de las sabias leyendas taurinas contadas con tal alarde de prosa que deja ‘pasmao’ a más de uno, mientras Sor María (Amparo Soler Leal), reparte el postre: unas hermosas brevas con las que más de uno quiere hacer algún trueque, Don Ruiz (Félix Fernández) provee de agua con poco atino al servirla por culpa de un ligero tembleque, presumiendo de buenísima puntería en su juventud que ahora le falta, de lo que se queja por encharcamiento Don Vicente (Manuel Domínguez Luna) quedando la mesa y su breva totalmente anegada. En estos y otros menesteres pasan los días los habitantes del Hogar.

Sor María, Sor Leocadia (Nuria Torray) y Sor Matilde (María José Alfonso), son las encargadas de contactar con Francisco Rodríguez ‘Juncal’ (Fernando Fernán Gómez) y sus influencias, hermano de la cocinera del obispo, para organizar el cartel del festejo taurino a beneficio de El hogar del vencido. Reticente inicialmente para un acuerdo de colaboración, es solucionado con una promesa pecuniaria posterior a la corrida benéfica. Juncal, a su manera consigue comprometer a los diestros Antonio Ordóñez, Antonio Bienvenida y Juan García ‘Mondeño’, a Juncal solo le falta conseguir los toros.

La situación les lleva hasta Don Policarpo (Manuel Alexandre), empresario de espectáculos y festejos que según informaciones tiene tres toros de lidia que las hermanitas quieren comprarle. Durante la negociación asistimos a la actuación del insigne recitador Agustín de Utrera (Agustín González) con desigual éxito de audiencia, un chiste ‘verde’ del recitador, previo aviso del empresario, aconseja a las monjitas taparse los oídos, momento en el que Forqué utiliza un original recurso sonoro del que el espectador participa sin posibilidad de elección, a lo que siguen otras actuaciones del peculiar elenco. Finalmente y tras diferentes situaciones que parecían insalvables consiguen sus toros de lidia.

Las rogativas pedidas a las monjitas por parte de los campesinos para que llueva y palíe la pertinaz sequía es lo que más preocupa en el pueblo. Las tres hermanas y Juncal han regresado con la promesa del festejo. El pueblo luce entre coloridos festones el cartel de bienvenida a los diestros, los preparativos se complican, un pequeño caos se apodera del lugar; finalmente, y tras diferentes incidentes organizativos, todo está preparado para el gran recibimiento…todo, menos las inclemencias del tiempo. Un hermoso y luminoso plano general, pone el broche de oro a una película que rezuma bondadoso homenaje a los abuelitos del convento, a sus monjas y a los necesitados recursos económicos de El hogar del vencido para seguir viviendo en sus tranquilos retiros.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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