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Perdidos en La Mancha (Lost in La Mancha) (2002)

Perdidos en La Mancha (Lost in La Mancha)
89 min.
6,9
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Sinopsis
En el año 2000 Terry Gilliam intentó llevar el Quijote a la gran pantalla en un proyecto llamado "El Hombre que Mató a Don Quijote". Sin embargo, una serie de desgracias para la historia del cine hace que nos tengamos que conformar con el documental "Lost in la Mancha" de Keith Fulton y Louis Pepe sobre el rodaje de éste magnífico sueño de Gilliam en España. En él veremos como los técnicos se desesperarán por el modo de trabajar de Gilliam, una mente caótica y genial donde hierve una imaginación desbordante. Además, el equipo de rodaje se enfrentará a una serie de desgracias inverosímiles; tendrá que luchar contra estruendosos F16 del ejercito español, tormentas apocalípticas en las Bárdenas y el actor principal, Jean Rochefort, se retorcerá con una doble hernia discal cabalgando a Rocinante hasta su retirada a Francia para recuperarse. Un proyecto con financiación Europea, ya que la extravagancia y genialidad que hace grande a Terry Gilliam también le cierra puertas en Hollywood. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Cine dentro del cine Documental sobre cine
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Lost in La Mancha
Duración
89 min.
Guion
Música
Compañías
Coproducción Reino Unido-Estados Unidos;
Links
Premios
2002: Nominada BAFTA: Mejor debut de un escritor, director o productor británico
2002: British Independent Film Awards (BIFA): Nom. Mejor película lengua inglesa
2003: Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a Mejor documental
"Absorbente documento de dos semanas de rodaje, la crónica de una catástrofe y, de rebote, una deconstrucción del aséptico formato del making of"
[Diario ABC]
6
6
Positiva
0
Neutra
0
Negativa
8
Imprescindible para todo aspirante a cineasta (7.7)
Un ejemplo de cómo nunca hay que hacer las cosas en el cine.

El extravagante director, Terry Gillian, en todo momento tiene una imaginación desbordante (aunque dudo mucho que su estilo visual sobrecargado fuera el idóneo para retratar las fantasías de Don Quijote) y una actitud eufórica, pero no dialoga bien con el resto del equipo y es demasiado exigente para el presupuesto que tiene. No pudo soportar todo el peso de la película.
Es inevitable que el espectador no se desespere con los acontecimientos que se suceden. A la mala planificación se une la mala suerte. ¡Mira que no planificar los posibles diluvios de las Bárdenas en esa estación del año...! Es como ir a rodar a Valencia a finales del verano y no prever una posible "gota fría". Tampoco es buen lugar para rodar un desierto sobrevolado por aviones militares, ni la acústica de un simple almacén.

Que no se os olvide contratar los seguros necesarios cuando rodéis en estas situaciones y con algún actor ya mayor.
Como dice el refrán, "a perro flaco, todo se le vuelven pulgas".
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30 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
EL PRIMER UNMAKING OF DE LA HISTORIA.
En el año 2000 Terry Gillian se hizo con los servicios de los directores Keith Fulton y Louis Pepe para que rodaran el making off de la película en la que estaba trabajando en aquellos momentos, “El hombre que mató a Don Quijote”, una versión libre y postmoderna de la afamada novela de Cervantes.

La mala suerte y las incidencias se cebaron con la película de Gillian, hasta el punto de que ésta tuvo que ser suspendida a los 6 días de rodaje, por lo que, si nos atenemos a una lógica puramente comercial, la cancelación del rodaje de la película debería haber supuesto automáticamente la suspensión de su consiguiente making off, pero no sucedió así. El documental de Fulton y Pepe siguió adelante, se finalizó, y se convirtió en el testimonio de meses de trabajo y de ilusiones creativas que nunca llegaron a materializarse en una película.

Imprevisiblemente lo que inicialmente tenía que ser un making off, se trasformó en la crónica de un fracaso, diario audiovisual del derrumbe de una producción cinematográfica. Una propuesta temática atrevida, pues si bien los making off son documentales con una clara vocación promocional sobre la realización de un filme, “Lost in la Mancha” es la reivindicación de un “no filme”. Un documental sobre una película que nunca existió, y que hoy por hoy solo existe en la cabeza de Terry Gillian. Una vuelta de tuerca al género documental de los making off en la que algunos críticos han querido ver el primer “un-making off” de la historia del cine y producto pionero de, quizás, un nuevo subgénero documental.

Inicialmente, y durante buena parte de la película, “Lost in la Mancha” si que se desarrolla como un making off, no en vano era lo que pretendía ser. Recoge declaraciones del equipo técnico y de los actores, incorpora los storyboards de Gillian, muestra la lectura del guión y los ensayos, y da testimonio de los primeros días de rodaje. Pero la desgracia cae sobre la película, y una serie de acontecimientos desafortunados truncan el proyecto. Del desmantelamiento de la película y los sinsabores que esto provoca a su director, Terry Gillian, y sus colaboradores más allegados se hace eco el documental.

De una manera tragicómica, a la par que íntima, “Lost in la Mancha” relata como, una vez más, la frialdad de los números, el mecanicismo de la industria cinematográfica, y los imperativos económicos se acaban imponiendo a la emotividad creativa, que no entiende ni de números, ni de rentabilidades. Estableciéndose así un paralelismo metafórico del personaje literario a adaptar, Don Quijote, y el director de dicha adaptación cinematográfica, Terry Gillian, quien, al igual que el hidalgo cervantino, verá como sus sueños e ilusiones se desvanecen ante el envite de la cruda realidad. Los inversores, los aseguradores, y la falta de liquidez serán las aspas del particular molino que derribe a Gillian.
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19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
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