El acusado (2021)

Valiente película francesa que rompe con lo políticamente correcto para plantear de forma aséptica un juicio penal por una supuesta violación de un chico burgués de 22 años a una chica de 17. La obra goza de unas excelentes interpretaciones, guion, fotografía y banda sonora.

La película huye en todo momento de ser un panfleto político y se limita a plantearnos el conflicto desde el punto de vista del supuesto agresor y supuesta víctima. Todo queda planteado de la forma menos maniqueísta posible, ambos jóvenes son presentados en tonos grises y de la forma más humana posible.

La neutralidad bajo la que trata de expresarse la película invita al espectador a ser juez, pudiendo perfectamente ser esta obra objeto de debate entre dos posturas contrarias, ya que en todo momento se deja encima de la mesa la interpretación de que se trata de una falsa denuncia como la de que ha sido una violación real.

La cuestión que frontalmente plantea la película es la de remarcar la complejidad que conlleva una relación sexual y que el consentimiento no puede entenderse como algo binario de sí o no, sino que está lleno de matices y depende de las percepciones de cada una de las partes.

También, de forma magistral, hace una defensa al Derecho y a la Justicia, recordando (esta vez de forma más partidista) que la Ley debe ser imparcial y no debe ser utilizada para llevar a cabo luchas políticas de uno u otro signo.

Ius est ars boni et aequi.

Una agresión sexual y violación, pero dos puntos de vista muy diferentes. La del presunto agresor y la de la víctima que denuncia los hechos. Todo desembocará en un juicio que hasta el tercer acto no veremos... ¿Pero conseguiremos saber la verdad?

Hijo de una persona muy influyente de los medios de comunicación, Alexandre Farel, un brillante estudiante de la Universidad de Stanford, es acusado de violación por la hija del nuevo novio de su madre y es detenido. Su madre, Claire es una periodista comprometida con la causa feminista, las dos familias comienzan a sufrir el acoso de los medios por el escándalo. Continuas contradicciones y dudas de lo ocurrido harán que el caso se lleve a juicio.

Adaptación de una novela de Karine Tuil publicada en 2019, que el director Yvan Attal ha adaptado al cine con ayuda del guionista Yaël Langmann, consiguiendo muy bien la intriga y suspense de conocer la verdad. A pesar de que hoy en día estos temas pueden resultar un campo minado, se resuelve colocándonos al espectador como si fuéramos parte del jurado.

El actor-director Yvan Attal no aparece en el film, pero si lo hacen su hijo Ben Attal como el protagonista y su esposa Charlotte Gainsbourg que hace de su madre. A los que hay que sumar al también director de "Los ríos de color púrpura" Mathieu Kassovitz. Un buen reparto para un guion muy convincente que está a la altura de las expectativas.
Destino Arrakis.com