Sinfonía fantástica (1942)

Indigesto biopic del compositor francés Hector Berlioz realizado por Christian- Jaque en 1942, en plena ocupación alemana de Francia que, al parecer, disgustó profundamente al ministro de propaganda alemán Goebbels por su tono exaltadamente patriótico -véase la escena en la que los grandes genios franceses Delacroix, Dumas, Victor Hugo o Merimee se presentan ante la cámara-.

La película nos acompaña en el recorrido vital de Berlioz desde los años como aburrido estudiante de medicina, su amor, matrimonio y posterior decepción por la cantante Harriett Smithson y su lucha contra el academicismo musical por dar a conocer sus composiciones, demasiado osadas y modernas. No sale del estrecho margen del típico retrato del genio que tiene que luchar contra la incomprensión filistea de aquellos que le niegan el pan y la sal, convencido de su genio y valor, para acabar convirtiéndose en un folletín en el que el compositor quiere recuperar el afecto del hijo al que apenas conoce.

El mayor atractivo teórico de la película debería ser la interpretación como Berlioz de Jean-Louis Barrault –eterno para siempre en la historia del cine por su papel de mimo en “Les enfants du paradis” (1945) de Marcel Carné pero su interpretación es insoportablemente histriónica, a lo que no contribuye el tono en general pomposo de toda la película. A destacar, al menos, el elegante trabajo de Bernard Blier como amigo de Berlioz.

Si algo interesante tiene volcar una crítica de un film a casi 80 años de su estreno, es tratar de hacerlo como si uno estuviera "en ese entonces". Y no con las pautas estéticas y técnicas de hoy en día... Además, también tratando de situarse mentalmente en la época en que transcurre la historia; en este caso durante el apogeo del Romanticismo europeo, desde mediados de la segunda década hasta fines del S.XIX.
En general los biopics de grandes músicos siempre han sido difíciles de realizar: en pocos casos la vida del músico en cuestión es lo suficiéntemente novelesca como para gestar una atrapante película. Y casi siempre los hechos de su vida, enmarcan los pasajes musicales del film. Sin embargo en este caso se supo conseguir algo muy meritorio: transmitir "el espíritu del romanticismo", exacerbado, pasional, polifacético, universal y subjetivo a la vez, etc. etc. De ese tenor son las actuaciones y el guión, cuyo espíritu se simboliza con la presencia de grandes artistas franceses en el entorno de Berlioz.
Estrictamente, el film cuenta con personajes reales de su mundo íntimo, pero los hechos no siempre se ajustan a lo verdaderamente acontecido. No solo su primer matrimonio, sino también el segundo fueron desafortunados. Y su único hijo murió en vida del compositor. Asimismo completó el bachillerato médico impuesto por su familia y posteriormente estudió música en el Conservatorio de París.
Así como se muestran sus desventuras económicas hasta el tardío reconocimiento de su genio, también escasea la relevancia de su fundamental aporte al sinfonismo moderno, sus habilidades como director y la influencia sobre sus contemporáneos, de Liszt a Wagner y otros. Y por sobre todas las cosas, insólitamente solo están presentes como música de fondo los pasajes más famosos de su Sinfonía Fantástica...
En síntesis, es un buen film, llevadero y ambiguamente informativo que, como mérito principal tiene el haber rescatado la vida de uno de los grandes compositores de la historia, presentándolo en un contexto cinematográfico que trasunta el clima socio cultural y artístico de su época.