El cómico (1969)

El cómico con el excelente Dick Van Dyke hace el mejor homenaje al mejor cine cómico de la historia, el mudo. Hay dos escenas para eruditos que pasarán de puntillas por los votantes y son El Polo Norte de Keaton y La quimera del oro de Chaplin, dichas escenas son el mejor homenaje posible que hace El cómico. Obra maestra y mi pasta me costó.

Dick Van Dyke, gran estrella de la televisión americana, llegó a la gran pantalla triunfando en las películas familiares, pero con la excepción de la obra maestra "Mary Poppins", sus mejores trabajos estuvieron en películas hoy más ocultas que visibles. Títulos como "El novio de mi mujer" o "Un mes de abstinencia" quedan hoy como comedias que aportan una visión social de las costumbres de una época, y se benefician de la presencia de Van Dyke.
En el caso de "El cómico", la película es una propuesta rara para su propia época, impulsada por Carl Reiner, a su vez creador del show televisivo de Van Dyke, es un falso biopic de un cómico del mudo. La película pretende ser una muestra de aquellos cómicos olvidados, que sucumbieron a la fama de Chaplin y quedaron oscurecidos por él, algo así como un Buster Keaton no reivindicado.
Lo más ingenioso de la película son las falsas películas mudas de Billy Bright, el personaje de Van Dyke, y lo más aburrido es el deambular por una serie de vivencias que imaginamos de antemano.
En todo caso, como homenaje al cine, es más que meritoria, con su pequeña crítica al mundo del espectáculo, y cuenta además con buenos papeles para el propio Van Dyke y el siempre entrañable Mickey Rooney, además del cameo de quien era la máxima estrella televisiva de aquella época en USA: Steve Allen.