Heavy Metal (1981)

Hay personas cuya adolescencia está vinculada a películas como "Titanic" o "Matrix", o con la música de "La oreja de Van Gogh"; por casualidades de la vida yo conocí en esa etapa películas como ésta, "Heavy Metal", así que no puedo o no quiero mirarla de forma fría o analítica. Además de la animación me une un vínculo sentimental con parte de la música de su banda sonora, compuesta de piezas de rock duro intercaladas con la música de Elmer Bernstein.
Una de las primeras "cassettes" que me grabó un antiguo amigo contenía música de "Black Sabbath", y esta cinta calculó que la escuché unas 200 veces, antes que empezará a llenar de óxido el cabezal del radiocasete y tuviese que tirarla a la basura; así que cuando en el último episodio empieza a sonar esa música instrumental de sintetizador -un fragmento muy corto, por cierto-, antes de que las hordas de guerreros vayan al ataque con la voz de Dio como estímulo no puedo evitar una emoción especial.

Hay que decir que es una película para adultos; bueno, se supone, porque vete a saber lo que ven los niños en Internet hoy en día.

Como se ha dicho en otras críticas salen tetas, culos, mafiosos, robots amantes, situaciones algo tontas, y otras también interesantes y divertidas, porque no decirlo. Hay zombies, guerras, taxistas con coches ultramodernos, e incluso alguna situación que recuerda a Hayao Miyazaki;
¿o será que yo tengo demasiada imaginación?

Obviamente la técnica de animación no puede competir con otro tipo de obras pero, ¿por qué tendría que hacerlo?

Es una obra irregular y quizás decepcionara a los muy exigentes, pero copiando lo que dice otro usuario; MOLA...

TEORÍA: Al igual que la revista Heavy Metal, versión estadounidense de la francesa Metal Hurlant, esta película reúne un grupo de historias cortas de fantasía pertenecientes a distintos autores. La excusa que dota de cohesión al filme es el Loc-Nar, una antigua reliquia con forma de esfera verde que contamina épocas, galaxias y dimensiones del más puro y duro mal. Cada historia adopta el diseño artístico de célebres historietistas de la revista: “Harry Canyon”, el estilo del argentino Juan Giménez. “Den”, el mundo épico-fantástico de Richard Corben. “Capitán Sternn”, el arte inconmensurable de Berni Wrightson. “So beauty & so dangerous”, el exquisito coloreado de Angus McKie.

PRÁCTICA: A diferencia de la revista Heavy Metal, versión estadounidense de la francesa Metal Hurlant, esta película carece de atractivo narrativo y su grafismo es desequilibrado. La excusa del Loc-Nar, trasunto del poderoso anillo de Tolkien, está metida con calzador en todas las historias, la mayoría de ellas extraídas de ideas o de obras de reconocidos colaboradores de la revista: “Harry Canyon”, parece que ha sido colocada de entrada para abrir boca y, al final, resulta la mejor. “Den”, un condensado y chapucero batiburrillo calientabraguetas sobre el alucinante universo creado por Corben. “Capitán Sternn”, de una comicidad necia y decepcionante, en la que lo único reconocible del arte de Berni Wrightson es la napia del protagonista. “So beauty & so dangerous”, cuya única virtud es algún que otro fondo alucinante, pero la historia no tiene ni pies, ni cabeza, solo tetas.

CONCLUSIÓN: Mola.