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Sentían una extraña y excitante peste de dólares (1973)

Sentían una extraña y excitante peste de dólares
68 min.
3,2
29
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Sinopsis
Charity Jenkins (Robert Malcolm) es el encargado de entregar las encomiendas y pagar los sueldos de los empleados del ferrocarril, pero algunos lugareños y una banda mexicana tienen sus propios planes para hacerse con el dinero. (FILMAFFINITY)
Género
Western Spaghetti Western
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Sentivano uno strano, eccitante, pericoloso puzzo di dollari
Duración
68 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
1
Mucho loro suelto sin gracia
Básico, directo, prometedor, tramposo, absurdo, pausado, forzado, previsible, reiterativo y decepcionante spaghetti western, que queda atrapado y condenado al olvido, por la bochornosa aportación de todo el reparto sin excepción.

La película tiene un comienzo prometedor y atractivo por el tono desenfadado ofrecido, pero a medida que avanza su desarrollo, cae en algo endeble, reiterativo y ridículo.

Los responsables de la película no consiguen dar forma y coherencia a una trama de intrigas y dilemas personales que peca de forzada e insostenible.

Poco presupuesto, mucho mamporro y mucho loro con jeta, en un western bochornoso.

Sentían una extraña y excitante peste de dólares, queda como un chapucero y letárgico spaghetti western con mucho loro suelto sin gracia.
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1
Ni extraña ni excitante, pura peste.
Ya lo avisa la primera escena con una cuadrilla de mexicanos desarrapados persiguiendo a un gordito, y se confirma enseguida en la cantina con unas bailarinas dando vueltas en el escenario sin la menor gracia.
Estamos en un pueblo llamado Gilavent donde un italiano mafioso llamado Al Costello, tal vez pariente del famoso Frank Costello de los años 20, es el dueño del banco, de la cantina y de un montón de inútiles pistoleros. Por el medio anda un millón de dólares para las obras de ferrocarril, un representante del Gobierno, Bat Jenkins, que debe evitar que lo roben, el bandido Bronco Kid vestido de predicador, otros mexicanos y la hermana de Al. Luego los líos de siempre por hacerse con el dinero.
Guion inexistente, realización penosa, interpretaciones ridículas, lo mismo que las peleas a mamporro limpio. Diálogos que dan vergüenza ajena, malhablados. Humor de baja estofa.
En fin, una parodia ridícula de pésimo gusto de la que únicamente salvamos al peluquero de Jenkins. Huir como de la peste.
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