Km. 0 (2000)

Ay, si fuera américana esta película. Hoy sería considerada de culto incluso con todos los defectos que se le puedan sacar, que no es perfecta. La película es modesta de pretensiones y sumamente eficaz en sus objetivos: una panorámica de la circunstancia de una serie de personajes un tanto delirantes, pero no irreales -con esa cualidad delirante que tiene este país y esta ciudad y que tanto nos pega a la tierra- en torno al Km 0. Una serie de errores embrollan estas vidas y rompen con aquello que las amarga. Amena, con un guión razonablemente bien trabado, unos personajes inolvidables, unas interpretaciones magníficas, aunque como película coral que es no destaque una sobre las demás, en absoluto complaciente, creo, y al mismo tiempo sin ese pesimismo esencial que parece marcar mucho de nuestros cine, literatura y teatro actual.

"Km. 0" podría haber sido una buena película de no haber sido por sus tremendas incongruencias (en ocasiones dan vergüenza ajena) en el guión, su asombrosa inverosimilitud que se va superando poco a poco o por utilizar algunos actores muy malos, como Silke o Miguel García, o la sobreactuadísima Merce Pons. Gran contraste con un soberbio Alberto San Juan interpretando al personaje más original de largo de toda la trama. Además, la selección de personajes no pueden ser más típicos dentro del cine español: prostitutas, prostitutos, muchos gays, mucho taco y diálogo soez.

Lo mejor: Alberto San Juan y su personaje, además de que de lo tonta que es, la película entretiene.

Lo peor: las interpretaciones pésimas y las estupideces que tiene el guión, sin olvidar la incoherente música extradiegética.