La esposa virgen (1975)

La frase: Felicidades señora Lucia, ha salvado a mi sobrino de Edipo.

La escena: Valentina desesperada se va hacia el lago, todos creen que va a suicidarse, la buscan su suegra Lucia (Carol Baker) y el marido de Valentina (Ray Lovelock), hay tormenta y marido y suegra se refugian en una cabaña… y…

El momentazo: El tio Federico dando masaje a la invitada alemana, ¿a que te sientes mejor que Beckenbauer?.

La actuación: De nuevo el tío Federico (Renzo Montagnani) demuestra las tablas de uno de los grandes de la comedia italiana.

Veo que nadie se ha atrevido a comentar “La Moglie vergine” así que me lanzaré al ruedo. Se trata de una comedia erótica italiana a la manera en que se hacían en los años 70s, con escenarios lujosos, mujeres guapas con poca ropa deambulando por todos lados, un tío pícaro pero adorable, Renzo Montagnani ("Amici miei") y un guion obviamente absurdo pero que si se ve sin ánimo de criticar acaba uno pasándosela bien, digamos que sexo a lo Woody Allen pero sin sufrimientos ni complejos.

La película gira obviamente en torno a la seductora Edwige Fenech, la actriz franco-italiana (que por cierto nació en Algeria de padre Maltés y madre siciliana, vaya, que la dama es del Mediterráneo) que en los setentas gustaba de despojarse de la ropa y deslumbrar a sus espectadores porque sí, realmente era guapa y atractiva. (Recomiendo verla en “El extraño vicio de la Sra. Wardh” una cinta con un guion bastante interesante).

El escenario es una bonita villa en el norte de Italia muy cerca del espectacular lago Iseo, en la Italia alpina y sofisticada, un matrimonio joven no logra consumar físicamente su unión y claro, eso es un problema sobre todo en la casa donde están invitados, la del tío Federico que es todo un semental, en la casa además de la pareja de recién casados y el tío están la madre de ella, una pareja de alemanes invitados y varias chicas que allí trabajan.

Como en toda la comedia italiana el sexo es algo abierto, luminoso, divertido, compartido y todos se apuntan a la fiesta, los amigos alemanes que están de visita y solo salen de la cama para no morirse de hambre, la suegra del novio y madre de Valentina y qué decir de todas las empleadas de la hacienda que con el tío Federico se lo pasan en grande.

Si el lector desea ver esta película le recomiendo lo haga no solo desde la perspectiva de la risa y la picaresca sino también desde la melancolía de tiempos que se han ido, echando un vistazo a un mundo que era más sencillo, menos robotizado, vigilado, restringido, angustiado, hoy el sexo es un producto de consumo masivo, tan masivo que muchos jóvenes están perdiendo el gusto por él, en 1975 sin duda las cosas eran diferentes.