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¡Vivan los novios! (1970)

¡Vivan los novios!
80 min.
6,0
1.911
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Leo Pozas, natural de Burgos y alto empleado de banca, llega a un pueblo de la Costa de Barcelona, acompañado de su madre, para casarse con Loli. Inesperadamente, la madre de Leo pasa a mejor vida. Esto puede significar la suspensión de la boda, un año de luto y, a lo mejor, otro de alivio, de manera que Leo y Loli ocultan el cadáver de la anciana hasta después de los esponsales. (FIMAFFINITY)
Género
Comedia Comedia negra Bodas
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
¡Vivan los novios!
Duración
80 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1970: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
8
La España negra
1970. Un lugar en la Costa Brava. La España del boom turístico. La fisonomía ha cambiado pero el esqueleto es idéntico. Antes que nada "Vivan los novios" nos trae ante los ojos la imagen de nuestra España, la misma que ha sido protagonista de todas las obras de su autor. Ahora le han lavado la cara, pero el escenario es parecido: a la radio y los concursos de "Esa pareja feliz", a los sueños de riqueza y fe en los reyes magos de "Bienvenido Mr. Marshall", a los milagros de "Los jueves milagro", a la falsa caridad de "Plácido", a la búsqueda de piso de "El verdugo", a la miseria de "El organista", vienen ahora los turistas para servir de contraste con los mismos seres raquíticos, tarados por toda clase de frustraciones, tabúes, temores y creencias ancestrales que evidencian su pobreza moral y material.

Desmitificación completa de la España del desarrollo, esta película se nos presenta como la última aportación de Berlanga a su brillante estudio sobre nuestra situación de posguerra. El personaje de López Vázquez, que como siempre hace una excelente creación, encarna en sí mismo todas las contradicciones de un pueblo que no había accedido a la madurez.

La mirada del autor oscila entre la comprensión sentimental hacia lo que vive entre nosotros y la más cruel sátira de una conducta que no aporta nada positivo salvo la custodia de los valores eternos que las derechas inventaron para apartarnos del festín.

Berlanga narró esta tragedia de nuestra existencia con su pericia conocida. Pruebas de su intuición son los múltiples detalles que jalonan cada una de las escenas . La inventiva es constante. La cámara siempre aporta nuevos hallazgos a lo que ya era brillante en el excelente guíon. Como prueba de ello la secuencia final con la panorámica que recoge el ángel negro paseando entre los cuerpos semidesnudos, el zoom que nos presenta el cortejo funerario, los recuerdos del protagonista y su última, desesperada e inútil huida hacia la libertad para terminar devorado por la araña negra.

Para quienes vean la película ahora hay que recordarles que la implacable censura abortó muchas de las situaciones previstas, algunas aparecen solo esbozadas. "Vivan los novios" fue menospreciada en su tiempo y sigue padeciendo incomprensión crítica para sus muchos méritos.
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35 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Macho alpha
¡Vivan los novios! fue rodada en 1970 en una zona costera española y en ella José Luis López Vázquez interpreta un arquetipo clásico del franquismo: El caballero entrado en años, con una prometida no demasiado exuberante (valga el eufemismo) y mojigata, y un montón de responsabilidades plomizas y aparatosas, que se ve enfrentado a las nuevas costumbres lúdicas de la juventud, con atención especial para las turistas extranjeras y su desinhibición en todos los aspectos. En ese sentido, las imágenes del film pueden remitirnos a cualquier producción nacional del pre-destape, con guiris enseñando caderas, escotes y pantorrillas al siempre necesitado macho ibérico fruto del sistema de valores (cuyo lema era la consabida “decencia”) de la dictadura. Sin embargo, el film de Berlanga va más allá incluso de su habitual narración de la crónica de un fracaso, en este caso los infructuosos intentos del protagonista por trajinarse a una de estas tentaciones en bikini, y termina hablando de la impotencia ante la imposibilidad de escapar de nuestra casilla social (marcada de modo notable por la edad y el aspecto físico), de esquivar las trampas comunitarias que nos impiden llevar a término nuestros más íntimos deseos y entregarnos a la melancolía que caracteriza a los sueños de la adolescencia, un asunto ya tratado directamente por el director en Novio a la vista (1954).
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24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
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