Brick (2005)

Si a “Sin city” le faltaban entrañas a “Brick” le sobran por los cuatro costados.
Rian Johnson mira muy de cerca a Dashiell Hammett, Raymond Chandler y John Huston pero no se olvida de ojear el cine indie de adolescentes. En extrapolar el universo del cine negro a la actual high school sin que existan apenas fisuras. ¿O donde se forma los criminales y femmes fatales del hampa actual?

El envite sale con nota, resuelto con elegancia, ritmo, pulso y talento. Con un humor (a veces surrealista) construido desde el homenaje y una trama que funcionaría a la perfección en el Chicago de los años treinta, en el San Francisco de Sam Spade, en Los Ángeles corruptos hasta las entrañas de James Ellroy o en una actual High School del sur de California.

Algunos lanzaran dardos envenados sobre la forma de hablar de sus protagonistas que se comportan y piensan demasiado como adultos. Aunque costaría una eternidad encontrar en la vida real a un tipo con un cigarrillo en la boca que escupa frases celebres como una metralleta.

Esperemos que tomen nota los grandes estudios incapaces de sacar una frase inteligente a un adolescente y se fijen más en “Brick”, una pequeña joya indie que se mueve en los terrenos cercanos a la cult movie.

Cada día que pasa entiendo menos los gustos cinéfilos de la mayoría y sus críticas que ensalzan a estos bodrios infumables como obras maestras o películas de culto. Y lo malo es que no lo digo sólo por esta película en concreto, hay más de un ”ladrillo” (y nunca mejor dicho) con el que me he topado últimamente del que hablan auténticas maravillas. Luego, resulta que los veo y son una cosa que no hay por donde cogerla… no lo sé de verdad, me he llevado un rato pensando que decir de positivo de este filme y no se me ha ocurrido nada.

“Brick” es una especie de experimento cinematográfico donde han intentado extrapolar el cine negro a una teen movie. El resultado no podía ser otro que el mismo que si mezclaras una taza de café con un vaso de gazpacho… un desastre se mire por donde mire, vamos. Al ya consabido error de las películas de adolescentes donde sus actores tienen 24 o 25 años en vez de los 16 o 17 que deberían de tener, hay que sumarle ver a 4 niñatos jugando a ser detectives, drogatas, mafiosos y femmes fatales. Es imposible creerte nada de lo que ves en esta película a los 5 minutos de visionado. La sensación que te deja es la de que un grupo de frikis de instituto han cogido una cámara y han rodado una “película”, ni más ni menos.

La trama no es que sea confusa o liosa, no se equivoquen, es que simplemente es un galimatías absurdo. La película pasa a ser una estupidez ridícula desde el mismo momento en que el “sabueso” esconde el cadáver de la chica en vez de avisar a la policía. Lo bueno de esto es que sucede a los pocos minutos de empezar y quien sea un poco espabilado pues dejará de verla, por desgracia un servidor la vio entera y se tragó hasta el último sorbo del veneno. La historia a partir de ahí se convierte en un desatino rocambolesco sin el más mínimo interés. Cada vez se vuelve más inverosímil, aburrida y lenta. Y para colmo con peleas irreales (vaya tela la escena de la zancadilla al tipo que se choca con la farola… ¡Puf!), y con otras escenas que no tienen ni pies ni cabeza (reuniones de mafiosos con la mami de por medio poniéndoles zumitos y galletitas en la merienda, profesores que llaman la atención por faltar a clase cuando ninguno de ellos va nunca al instituto, investigaciones “policiales” basadas en lo que se le ocurre a un empollón mientras resuelve un cubo de Rubik, etc.) Además, te lo cuentan todo de una forma tan pedante y pretenciosa que te entran ganas de coger un rifle, subirte a lo alto de una torre y ponerte a dispararle a todo aquel que vaya con unas gafas de pasta por la calle.

Y poco más voy a añadir, salvo pedir que por favor dejen de darle estas notas tan altas y hablar tan bien de estos truñacos si no lo piensas de verdad. Estoy seguro de que más de uno le ha dado una buena calificación, y ha escrito una crítica alabándola, por temor a que los demás piensen de él que no tiene ni idea de cine o para que no le fusilen su crítica.