Tarahumara (Cada vez más lejos) (1965)

“Cada día que pasas con ellos, te permite comprobar que, para los indios Tarahumara, importan mucho más las personas que las cosas”. En este concepto coinciden algunos de los historiadores (Luis Alberto González, Wade Davis y otros) que han escrito sobre esta tribu mexicana que ocupa menos de una cuarta parte en el suroeste del Estado de Chihuahua y que, en la actualidad, no sobrepasa los cien mil individuos. Según Luis Alcoriza, director español nacionalizado en México, quien asumiera una profunda investigación antes de escribir el guión que luego rodaría con el título “TARAHUMARA”, en frase que pone en boca del indigenista Raúl: “Los Tarahumara desconocen la agresión, el crimen y casi el robo”.

Conocidos entre sí como Rarámuris (Hijos del sol), los indios Tarahumara (de tara=pie y huma=corazón) caminan y corren por largos senderos y con enorme destreza… sintiéndose, históricamente, cada vez más lejos de la "civilización" que los ha expropiado y arrinconado a través de los siglos. Y con el corazón aman, se solidarizan los unos con los otros, y viven en un ambiente donde la dignidad tiene un amplio lugar con cada salida del bendecido astro sol. Esto explica que, cuando el guía Tomás va a llevar ante el tarahumara Corachi al investigador que acaba de llegar, le sugiera: “Si quiere ganárselo, dígale siempre la verdad”.

Son tantas las infortunadas experiencias que les han causado los blancos y los extranjeros, que los tarahumaras se refieren siempre a ellos como los chavochis y tienen entre sí un lema que es como una sentencia difícil de objetar: ”Dios creó a los Rarámuris y el diablo a los chavochis”.

Desde la mitad del siglo pasado aproximadamente, comenzó a producirse en México un resurgimiento del latifundismo, encabezado por una añeja burguesía de raros escrúpulos, que comenzó a dedicarse a la agricultura en insaciables proporciones. “Los terratenientes e intermediarios nacionales –comenta Eduardo Galeano en su imprescindible libro “Las venas abiertas de América Latina”- han conquistado una posición dominante, trampeando el texto y el espíritu de las leyes”. Esta situación también afectaba a los Tarahumaras, que cada tanto veían como “las cercas caminan de allá para acá”… y cuando alguien quería detener tales atropellos, lo mataban sin mediar palabra.

Luis Alcoriza ha hecho una sensible y objetiva recreación de la apreciable, y en muchas cosas ejemplar forma de vida de los indios Tarahumara, al tiempo que, de manera valiente y documentada, ha dejado plasmada su grave, compleja e injusta problemática que, para aquel entonces (1965), no veía solución alguna en el horizonte.

Con reconocidos actores nacionales: Ignacio López Tarso (Raúl), Jaime Fernández (Corachi), Eric del Castillo (Tomás), Aurora Clavel (Belén), Berta Castillón (Anorí)… “TARAHUMARA” (Cada vez más lejos), hace ya parte de ese arte comprometido que, por varias décadas, caracterizó al nuevo cine latinoamericano.

En los 60 en Latinoamerica estaba muy de moda el cine social, denunciar las desigualdades, las arbitrariedades políticas, etc. En ese contexto, Luis Alcoriza, realiza Tarahumara, que si bien en muchos momentos se parece un documental sobre dicha tribu, él le sabe imprimir su toque irónico y melodramático, escapando lo más que puede del pintoresquismo.
La historia analiza las costumbres económicas, morales y sociales de la tribu, sin juzgarlos, tratando de entenderlos.
Una película interesante, a la que el tiempo no le ha pasado por encima como a otras de su género.