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Algunas bestias (2019)

Algunas bestias
98 min.
5,6
365
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Sinopsis
Alejandro y Ana llevan a su familia de vacaciones a una isla remota en el sur de Chile. La tranquilidad del viaje se ve perturbada cuando Nicolás, el encargado del mantenimiento, que los transportó hasta allí, desaparece dejando a la familia atrapada. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Intriga Familia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Chile Chile
Título original:
Algunas bestias
Duración
98 min.
Guion
Compañías
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Premios
2019: Festival de San Sebastián: Premio Nuevos Realizadores
2019: Festival de La Habana: Mejor director y Premio Especial del Jurado
8
Historia de insectos
La anécdota no es extremadamente complicada, los méritos del guion van por el lado del apartado estético. El director domina el lenguaje cinematográfico, cada tiro de la cámara y cada plano tiene intención, en definitiva, sabe como contarnos una historia de roles trastocados dispuestas como un estudio de clases sociales. Recuerda la perfección compositiva de «Parásitos», pero este viaje es mucho más sórdido, alcanzando ribetes de pesadilla.

La primera toma cenital nos muestra los contornos de una isla ubicada en el sur de Chile. Este recurso aéreo dará cuenta de una película quirúrgica, donde el director se transforma en un entomólogo y observará de manera glacial el comportamiento de estos personajes que se ven como hormigas dentro de la pantalla. «Algunas bestias», fue el título escogido, profundizando la idea de estar diseccionando insectos, el director los filma de forma despiadada.

Los actores están muy bien en varias facetas. Los abuelos son fotografiados como si fueran parte de un afiche publicitario (enfocados de perfil), fríos, representantes de la clase alta. Alfredo Castro (Antonio) y Paulina García (Dolores), en otra faceta, pierden la compostura. Alfredo para exponer su cara de asco («esta casa mugrienta») y exponer al marido de su hija (Alejandro, de clase popular): «Uno tiene que estar con alguien que te entregue algo en la vida… Es un problema de clase, de pertenencia», en alusión a la modesta ceremonia de matrimonio de su hija (Ana).

El dinero los hace ver todo desde las alturas, frecuentemente vemos una imagen de contrapicado, mostrándolos como unos sujetos insensibles, siempre guardando las apariencias.

Las escenas dramáticas son conformadas en planos fijos, donde la coreografía de los actores es la que otorga profundidad. La primera hora del metraje transcurrió como un estudio de personajes, en un tono inquietante que genera suspenso, el ruido de la naturaleza acentúa la idea de que esta familia oculta secretos inconfesables.

El director da especial relevancia al sonido, la música se va tornando cada vez más espeluznante. Alterna ese sonido con diálogos breves, muy precisos, los enmarca con silencios cuando los personajes observan desde la ventana.

Los diálogos se vuelven protagonistas absolutos en algunas escenas panorámicas, donde estas verdaderas hormigas expresan sus frustraciones, sus diferencias, pero el director nos vuelve a instalar como espectadores lejanos. La cámara deja fijo el encuadre, esas peleas mundanas carecen de importancia para su mirada científica.

Una lluvia torrencial termina con los parajes amplios y luminosos de la primera parte. Las escenas se vuelcan al interior de la casa y se vuelven oscuras. Los personajes siempre estuvieron suspendidos al borde del abismo, pero al quedar encerrados (primero en la isla y luego al interior de la casa) surgen diálogos subterráneos y pasiones que deslindan en lo inmoral.

Al interior del dormitorio de Consuelo se desarrollarán diez minutos inquietantes, donde el juego de roles se enreda. Ha ocurrido algo francamente escabroso y el director enfoca a cada personaje en soledad, observando por la ventana, donde la naturaleza es la única fuente de luz. Al interior de la casa se anidarán las culpas.

Un plano cenital aleja al espectador, vela porque las emociones no lo vayan a derrumbar como a los personajes. La música se vuelve trágica, el quiebre familiar es profundo.

Un bote los rescatará de la isla infernal. Se mecen arriba y abajo con la marea. No hay diálogos, sólo un silencio incómodo que oculta infiernos mucho más demoledores.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La isla amarga
Presente estos días en la programación del D'A Film Festival de Filmin, esta película chilena ofrece algunos valores cinematográficos positivos y de innegable interés, como ciertas imágenes cenitales al puro estilo Haneke, una atractiva localización isleña, cierto estilo en la planificación, las siempre solventes interpretaciones de Alfredo Castro y Paulina García, los dos mejores actores chilenos del momento, o la valiente exposición de una controvertida secuencia de índole sexual...

...pero también...

...le cuesta arrancar y es pesadita a ratos, tiene secuencias con puntos muertos o sobrantes, su trama es anodina y dispersa en numerosos momentos, el "maximhuerta" ese es un intérprete pésimo, es excesiva y exagerada en ciertas situaciones conflictivas, y en conjunto no acaba de convencer plenamente.
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5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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