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Alerta roja: Neptuno hundido (1978)

Alerta roja: Neptuno hundido
96 min.
5,4
771
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Sinopsis
Un mercante noruego aborda accidentalmente al USS Neptune, un submarino nuclear que se hunde en una sima alejada de las costas de Connecticut. El laborioso rescate, a cargo de un experimentado capitán, será muy complicado. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Intriga Submarinos Aventuras marinas Catástrofes
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Gray Lady Down
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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6
Un muestrario.
¿Vivió mal Charlton Heston mientras pisó la tierra? Por supuesto que no. ¿Se ha visto alguna vez apurado? Por supuesto que sí, en todas sus películas, y en ésta no iba a ser menos. Las pasa muy mal igual que su colega Stacy Keach. El uno bajo el agua y el otro en superficie.
La película no es tramposa porque es un muestrario de buques, batiscafos, armamento y demás vehículos submarinos para decirnos que ningún marinero americano estará nunca desvalido gracias a los excepcionales equipos de rescate de la Marina USA. A partir de ahí se presenta esta película como un caso peliagudo de rescate con sus nervios y con la tensión debida.
Entretenida como es suponer es creíble hasta el punto que uno desee. Militarmente cumple las ordenanzas, los diálogos son escuetos y sin ningún cariz, los efectos especiales quedan majos y las maniobras submarinas hay que darlas por buenas, por lo que en definitiva podrás encontrarte con una película de catástrofes, muy de su tiempo, si es que se diera la oportunidad porque tampoco es que sea para buscarla como un tesoro escondido.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Otra de catástrofes
Y vulgarcilla, no nos engañemos, rodada a mayor loor y gloria de la marina estadounidense y sus increíbles hazañas. Sale Heston con peluco, Keach con poco pelo y Carradine con barba. La acción transcurre dentro de un submarino nuclear abordado sin querer por un carguero noruego (esos europeos tan descuidados), y narra los esfuerzos por rescatar a los tripulantes, mientras van palmando lenta pero incesantemente. Puedes ir al lavabo, a tomarte un algo, o a llamar a la vecina, y casi no te pierdes nada de la acción. A reseñar la primera aparición en pantalla del malogrado Christopher Reeve y la fugacísima visión de la sin par Rosemary Forsyth, que nos encandiló a algunos en la notable El señor de la guerra, también con Heston. Y poca cosa más.
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4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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